Productos regulados desaparecieron de los anaqueles

Conseguir los alimentos a precios regulados se ha vuelto cuesta arriba para los habitantes de la ciudad de La Victoria, ya que los mismos se han desaparecido de los anaqueles de las cadenas de supermercados y mercados populares de la entidad.

Los consumidores manifestaron que productos primordiales como la harina de trigo, pasta, harina de maíz precocida, arroz y hasta la mayonesa y salsa de tomate, no se consiguen sino es a precios que sobrepasan los establecidos por el Ejecutivo Nacional, lo que ha traído como consecuencia que nuevamente se creen largas colas en las afueras de los comercios dedicados al expendio de estos.

Los locales se copan de personas en busca de los productos a precio regulado

Y es que según los encuestados los artículos que se publicaron en la Gaceta Oficial N°. 6.397, la cual entró en vigencia a partir de la reconversión monetaria dictada el pasado lunes 20 de agosto, no se consiguen fácilmente, por lo que se ven en la obligación de peregrinar para adquirirlos a precios que se ajusten a su salario.

En este sentido, los victorianos manifestaron estar cansados de pasar penurias en las colas. Aseguran que lo que parecía que era una ayuda se ha convertido en un nuevo dolor de cabeza para los asalariados comunes.

“El Gobierno reguló el costo de muchos productos, pero esto causó que otros aumentaran también, dejándonos a todos con pocas posibilidades de por lo menos alimentarnos bien. Sin contar que nos debemos arriesgar si queremos adquirir algún alimento a precio regulado. En vez de ir hacia adelante, vamos en sentido contrario”, dijo Carolina Campos.

Carlos Valenzuela agregó, “yo me la paso de cola en cola viendo que puedo llevar para mi casa y sin embargo en muchas ocasiones me he quedado con las manos vacías, porque son tantas las personas que necesitan que hasta se van desde días anteriores para marcar su puesto”.

Por su parte, Horacio Guerra comentó, “yo como persona de la tercera edad no estoy para estarme yendo a hacer colas desde una semana antes y que al llegar no me pasen. Por lo que no me ha quedado otro remedio que nuevamente recurrir a la compra de algunas verduras, que no son muchas porque también están caras, pero es lo que más me resuelve”.

Entre tanto, Carlos Machado, comerciante de la ciudad manifestó, “los distribuidores son pocas las veces que nos surten, pero cuando lo hacen la mercancía no dura más de dos horas. La gente como que huele, porque no hemos llegado al negocio, cuando ya tenemos decenas de personas organizándose, sin saber si vamos a vender o no”.

Asimismo, Machado aseveró que en muchas ocasiones las personas se molestan cuando se acaba la mercancía. “Vienen y nos insultan porque según tenemos la mercancía escondida, pero no es así, ya que primero hay que seguir la leyes y segundo no se dan cuenta que delante de ellos hay muchas otras personas. No nos damos abasto”.

DANIEL MELLADO | elsiglo