Alí Piñero Carreón, cristiano evangélico, de profesión del campo, solicitó a los reporteros dar su versión de los hechos sobre lo ocurrido con su hijo y su sobrino el pasado domingo en la población de El Castaño en Zuata, estado Aragua.
Según Piñero Carreón, oriundo de Tasajera, estado Aragua, su hijo Diego Piñero Vitorá, de 18 años, y su sobrino Ancelmo Piñero Viera, de 30 años, salieron de la casa ubicada en la calle principal del pueblo de Tasajera, con rumbo a una vivienda cercana en búsqueda de pan, ya que en el sector no hay panaderías.
Vale aclarar que tanto Alí Piñero como su hijo y sobrino se encontraban en un culto evangélico en el cual se congregan con cierta frecuencia pues su religión así lo exige, y el pan que iban a comprar era para compartir con los presentes en la congregación religiosa.
En el trayecto desde la casa donde se encontraban en un primer momento hasta el lugar donde comprarían el pan, fueron interceptados por una comisión del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas), según fue indicado por Piñero Carreón, cuyos funcionarios presuntamente obligaron a los jóvenes a abordar la camioneta que manejaban.
El padre y tío de los detenidos, al ver la escena, rápidamente intentaron movilizarse con algunos amigos y compañeros de la comunidad, entre ellos hermanos que estaban con él congregándose en el culto evangélico, para ir detrás de la camioneta oficial y saber el paradero final de los muchachos, pero a pesar de sus múltiples esfuerzos fue prácticamente imposible obtener resultados.
Según las declaraciones del ciudadano que denunció el atropello, la mayoría de los vecinos de la comunidad presenció cuando los jóvenes fueron interceptados y obligados a abordar el vehículo, así como también aseguró que todos pueden dar fe del buen comportamiento de los ciudadanos detenidos.
Luego de ver cómo se llevaban a sus familiares comenzaron horas de angustia y desesperación para el ciudadano Alí Piñero, pues se dirigió hasta las comisarías de Sabaneta, La Victoria y Camatagua sin obtener respuesta alguna. Posteriormente otro familiar de él que es trabajador del hospital de La Victoria le avisó que dejara la búsqueda, porque ambos estaban recluidos allí.
Al llegar al lugar, Piñero se enteró de la fatídica noticia de la muerte de su hijo y su sobrino, así como también la manera en que presuntamente había ocurrido.
Según lo comentado por Piñero, los cuerpos tendrían signos de tortura, golpes y moretones en toda la humanidad, así como también un disparo en el corazón cada uno, que habrían sido los que finalmente les habría quitado la vida.
DESMONTANDO VERSIÓN OFICIAL
Piñero desestimó la versión oficial a propósito de una foto que apareció el pasado martes en redes sociales y otros medios de comunicación en la que se destaca la presencia de tres presuntos antisociales con armamentos y chalecos en mano, y que serían integrantes de una muy peligrosa banda delictiva que opera en todo el estado Aragua.
Según la versión suministrada por Piñero, esa foto habría sido tomada bajo amenaza por los funcionarios que presuntamente los mataron. «Mi hijo y mi sobrino eran trabajadores y eran cristianos, seguramente a ellos los obligaron a ponerse esos chalecos y a agarrar esas escopetas para tomarles la foto antes de matarlos», fue parte de lo que declaró el padre de una de las víctimas.
Inclusive el también tío de la segunda víctima aseguró que en la foto se notan las lágrimas de los jóvenes que fueron asesinados.
Diego y Ancelmo Piñero eran trabajadores del campo, labor que desempeñaban desde que eran niños, pues desde hace mucho tiempo la familia Piñero se ha forjado al pie de la siembra y la agricultura, según lo destacó el señor Piñero, quien a su vez aseveró que ninguno de los dos tenía antecedentes penales por los que puedan ser acusados.
En el caso del mayor de los dos asesinados, trascendió que era el mayor de cuatro hermanos, así como también el único varón; deja una esposa y tres menores de edad en orfandad. En el caso de Diego Piñero, de 18 años, deja un gran vacío en su familia.
ANDRESSA GARCÍA | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO