Aquel viejo adagio que reza «nunca conozcas a tus ídolos, para no decepcionarte», hay afortunadas situaciones en la vida en las que no aplica. De eso conoce Pablo López, quien, por estos días de Entrenamientos Primaverales, ha tenido la oportunidad de aproximarse a la esencia de Johan Santana.
López, pasó de la admiración a distancia, en su niñez, viendo por televisión a Santana convertirse en doble ganador del premio Cy Young de la Liga Americana y en el primer hombre en lanzar un juego sin hits ni carreras con los Mets de Nueva York, a desarrollar un vínculo «mentor-aprendiz» en el campamento de los Mellizos de Minnesota en Fort Myers, Florida, donde el embajador por excelencia de la población de Tovar, se encuentra como coach invitado.
«Es una relación muy bonita. Me siento sumamente afortunado de contar con una figura como Johan, a quien idolatré en mi infancia. Tenerlo acá, con el mismo uniforme, en el mismo complejo primaveral, me emociona», dijo López a Mari Montes y Daniel Álvarez para medios venezolanos. «Le he preguntado muchas cosas, no sólo sobre pitcheo, sino también acerca de la actitud para ser mejor».
La temporada pasada, el derecho registró la mayor tasa de ponches por cada nueve entradas (10,9) en la historia de la franquicia de las Ciudades Gemelas entre los pitchers calificados, superando, precisamente, a Santana, quien poseía el récord anterior en 2004 (10,5), exceptuando la campaña recortada por pandemia (2020), de acuerdo con Baseball-Reference.
«Hubo un período en el que fue el lanzador más dominante de las Grandes Ligas, debieron ser tres Cy Young en fila (en 2005 quedó tercero, detrás de Bartolo Colón y Mariano Rivera)», afirmó López sobre el merideño. «Le he consultado cuál era su preparación para sentirse bien físicamente y subir su nivel de confianza. El caballero que fue dentro del terreno, lo sigue siendo fuera. Me ha ayudado a entender la mentalidad de un as».
Ascenso vertiginoso
En apenas su primera campaña en Minnesota, el zuliano dio un paso al frente entre los abridores, erigiéndose como el primer serpentinero de la divisa con al menos 194.0 episodios de labor (la cifra con la que terminó) y 200 abanicados (culminó con 235), desde que Santana finalizó con 219.0 capítulos y 235 recetados, en 2007.
«Una de las cosas que he hablado con Pablo, es que ya él no es el lanzador que llegó de los Marlins. Él lo sabe, pero también debe entenderlo, porque ya no es sólo un pitcher, sino un líder que debe ejercer ese rol», comentó Santana a Montes. «Él hizo algo importante para los venezolanos y esta organización. Allí está la diferencia. Así como él trabaja y se concentra en cada paso que da, también debe transmitir esa actitud hacia sus compañeros, para llegar más allá de una primera ronda en playoffs».
López comparte record con Santana
El lazo entre ambos comenzó a estrecharse a partir de la postemporada anterior. Cuando López llegó al Target Field, previo al primer juego la Serie Divisional contra los Azulejos de Toronto, con una camiseta retro de Santana. El diestro brilló en aquella presentación, uniéndose – una vez más- a Santana como el primer pitcher de los Mellizos que ganó un encuentro de playoffs, desde que su ídolo lo hiciera en 2005.
Para la siguiente serie, contra los Astros de Houston, el zurdo le devolvió el tributo, cuando fue invitado para realizar el primer envío de uno de los careos, haciéndolo con el uniforme del oriundo de Cabimas.
«La semana pasada, estaba reunido acá en el complejo primaveral con personal de los Mellizos, mi papá y mi hijo, cuando llegó Pablo. De inmediato, todos se dieron cuenta de la admiración que mi hijo sentía por él; es muy bonito, porque ese sentimiento que tiene Pablo hacia mí, es el mismo de mi hijo hacia él», expresó Santana. «Y no es sólo mi hijo, creo que muchos venezolanos tienen esa admiración por Pablo, y no exagero cuando lo digo, porque es una grandiosa persona, además de un gran lanzador».
CJL