Tiburones colocó 3-0 la serie final de la temporada 2023-2024 de la LVBP al derrotar por 7-5 a Cardenales de Lara, en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de la ciudad de Barquisimeto.
Los litoralenses están más cerca de acabar con «la dieta» o «el maleficio» de no ganar un título en nuestra pelota profesional desde que lo hicieran en la campaña 1985-1986 con la llamada «guerrilla» en la que participó el actual mánager de la organización Oswaldo Guillén.
De acuerdo a la historia del béisbol venezolano, hasta la fecha, ningún equipo se ha levantado con una serie 3-0. Con lo que se ha visto hasta este momento, el equipo La Guaira está destinado en «barrer» a Lara, es decir, liquidar esta fase decisiva sin conocer la derrota.
En un juego de tensión por lo ocurrido el miércoles en Caracas, donde hubo un festín de batazos, pero también puñetazos y puntapiés, anoche se vio un buen juego de pelota, aunque el equipo crepuscular, pese a sus intentos de revivir, no tuvo el envión que cambiara el panorama del encuentro.
Realmente el partido terminó en suspenso, ya que con tres hombres en circulación, Odubel Herrera pudo dar otra cara a la pizarra, pero fue dominado por un agotado Arnaldo Hernández, con manso roletazo para el out 27.
El dominicano Emilio Vargas cumplió con la responsabilidad del compromiso y con la confianza de su manager Guillén. Su labor se registró en seis episodios, toleró cinco imparables, le hicieron dos carreras, ambas limpias, transfirió a tres y abanicó dos contrarios.
Guillén echó mano del bullpen y después de Vargas utilizó a Anthony Castro, Jesús Pirela, Tiago Da Silva y finalmente Hernández. Al final y al cabo, las cosas le salieron bien.
Caso contrario ocurrió con Cardenales; su estratega, Henry Blanco, que está rumbo a perder su segunda final corrida como timonel de un equipo venezolano -fue quien dirigió precisamente a los «salados» en la contienda pasada- subió a la lomita siete lanzadores, entre ellos, Max Castillo, Michele Vassalotti, Yapson Gómez, Pedro García, Rodrigo Benoit, Wilser Barrios y Vicente Campos.
Castillo abrió y trabajó cuatro entradas; fue castigado con 8 hits, seis carreras (limpias) y en su cuenta entró 1BB y 1K.
Desde el sexto capítulo, Blanco y sus pitchers pusieron freno «de mano» a la ofensiva litoralense, pero el tiempo pasó más rápido, por el letargo de su batería.
Maikel García, querido por una parte, repelido por otra, comandó el ataque de Tiburones, bateando de 5-3. Por su parte, «Caballo Loco», el cubano Yasiel Puig ligó también de 5-3, incluyendo un vuelacerca en el tercero.
MOVIMIENTOS DE CARRERAS
La Guaira se fue arriba en la alta del segundo. Luis Torrens abrió con doble por el jardín derecho. Danry Vásquez se ponchó tirándole, pero Leonardo Reginatto recibió base por bolas. Brayan Rocchio con batazo de dos bases impulsó a sus compañeros.
En el tercero, los «escualos» ampliaron la ventaja a cuatro, con jonrón de Puig, que encontró a Wilson García en la inicial.
Cardenales descotó en el cierre de esa entrada, en las piernas de Ildemaro Vargas. El camarero se había embasado con triple y cruzó el plato gracias a un sencillo de Jermaine Palacios.
En el quinto, los litoralenses hicieron tres rayitas. Maikel García comenzó con imparable y anotó con tubey de su primo Alcides Escobar, quien también tocó la goma por error en tiro del jardinero villacurano Hernán Pérez.
El colombiano Ramírez fue transferido y W. García dio sencillo por el jardín derecho.
El refuerzo de Tiburones anotó con roletazo de Torrens.
Lara, en intento de regresar al juego marcó una más en la pizarra en el cierre del séptimo (7-2). Gorkys Hernández abrió con triple y registró la rayita con incogible de Herrera.
Notando que su abridor hizo su trabajo, Guillén decidió sacar al dominicano Vargas y en su lugar entró el capitalino Castro.
El nuevo lanzador de La Guaira comenzó otorgando boleto a Carlos Narváez, pero rápidamente se enfocó y con mucha sapiencia, salió de todos sus adversarios por la vía del ponche. Las victimas de Castro fueron, Juniel Querecuto, Vargas y Palacios.
Lara dio otra señal de vida en el octavo con par de carreras. Jesús Pirela reemplazó a Castro y de inmediato dominó al cubano Rangel Ravelo con roletazo para quedar fuera por la vía 63.
Pérez dio hit y anotó con doble de Ángel Reyes. Hernández se encargó de empujar a su compañero con sencillo por el centro del campo.
Tiago Da Silva sustituyó a Pirela en la lomita y puso control al asunto.
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El yaracuyano Arnaldo Hernández, ganador del segundo juego de esta final, salió para el noveno. Fue incomodado por Vargas, que le sacó hasta diez lanzamientos. Pero al final, el lanzador ganó la batalla, obligando al bateador dar rodado por primera (out vía 13).
Palacios dio sencillo y se instaló en la antesala con otro batazo sin enemigos de Ravelo. Pérez con incogible colocó el juego 7-5. Reyes, que un batazo largo pudo acabar con el partido, falló con elevado.
Le correspondió a Hernández, que luchó su turno y logró el boleto. Herrera, tuvo en su bate la oportunidad de cambiar la historia del encuentro, pero el pitcher de Yaracuy lo dominó con rolling y por la vía 43 se dibujó el punto final del encuentro.
JORNADA DE DESCANSO
En el día de hoy, no está pautado juego de la serie final. Siguiendo el calendario de la fase decisiva de la temporada, los equipos descansarán y mañana verán acción en el cuarto encuentro; repiten escenario, el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.
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Para el sábado 27, probablemente los abridores sean (aunque no están confirmados) Junior Guerra (Tiburones) y Anderson Espinoza (Cardenales).
HBRI. | elsiglo
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