Receta de la tarta de queso sin horno fría

La simplicidad de esta receta de tarta de queso sin horno la convierte en una elección ideal para cualquier ocasión. Ya sea que la prepares para una reunión familiar, un postre improvisado o simplemente para darte un capricho, este postre sin horno seguramente será un éxito.

Recuerda que la combinación de la base crujiente de galleta, el relleno suave y la capa de mermelada de fresa aporta una armonía de sabores y texturas que te conquistará. Además, el hecho de que no necesites encender el horno hace que sea una opción aún más atractiva.

INGREDIENTES PARA 8 PERSONAS:

100g de galletas

50g de mantequilla

500g de queso crema tipo philadelphia

500g de nata para montar

100g de azúcar

1 sobre de cuajada para postres

250g de mermelada de fresa

COMO HACER LA TARTA DE QUESO SIN HORNO FACIL:

Para comenzar, preparamos la base de nuestra tarta. En un vaso batidor ponemos las galletas cortadas en pequeños tozos y con ayuda de una batidora, las trituramos. Una vez hecho, añadimos la mantequilla derretida y mezclamos con una cuchara. Al final, nos tiene que quedar una textura similar a la de una arena húmeda.

Seleccionamos un molde desmontable para nuestra tarta de queso sin horno de unos 20cm de diámetro y cubrimos la base con papel de horno para evitar que la base de galleta se adhiera. Después, vertemos la mezcla de galletas y mantequilla en el molde y las presionamos firmemente con el dorso de una cuchara para formar una base compacta y uniforme. Llevamos el molde al refrigerador mientras continuamos con la preparación.

En una cazuela, ponemos el queso crema, la nata y el azúcar. Vamos mezclando mientras calentamos a fuego suave. Que no llegue a hervir. La idea es que los ingredientes se derritan y se integren bien entre sí.

A continuación, es el turno de añadir la cuajada. Lo hacemos siguiendo las instrucciones del fabricante. Volvemos a mezclar brevemente para que la cuajada se integre bien con el resto de ingredientes.

Retiramos el molde del refrigerador y vertemos con cuidado la mezcla de queso sobre la base de galleta preparada. Utilizamos una espátula para alisar la superficie y asegurarnos de que quede uniforme. Cubrimos nuestra tarta de queso sin horno con papel film y la refrigeramos durante al menos 4 horas, o preferiblemente toda la noche, para que adquiera la consistencia deseada.

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Una vez que la tarta haya reposado, la desmoldamos con cuidado y procedemos a darle un toque final. Extendemos generosamente 250g de mermelada de fresa sobre la superficie de la tarta de queso, añadiendo color y un delicioso sabor frutal.

elsiglo con información de Cocina Casera y Fácil

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