Ser venezolano es deleitarse con cada una de las expresiones culturales con las que cuenta el país y una de las más arraigadas es la Parranda de Negros o de los Pintados, la cual se celebra en diversas fechas religiosas y en la que participan activamente cientos de comunidades.
Una de ellas se conmemora en la población de Altagracia de Orituco, en el estado Guárico, y se realiza en honor de varios Santos y Advocaciones como Día de San Juan, Virgen del Carmen, de las Marías y de Santa Rosa de Lima.
“Esta manifestación artística, propia de nuestro país se celebra en fechas exactas como 24 de junio Día de San Juan; 29 de junio Día de San Pedro y San Pablo, 16 de julio Día del Carmen; 15 de agosto Día de la Asunción o Día de las Marías y el 30 de agosto Día de Santa Rosa”, informó Fanny Morillo cultora ribense.
De la misma forma, Morillo agregó que todas estas expresiones responden a las divinidades, todas ubicadas dentro del lapso del Solsticio de Verano que comienza el 21 de junio y termina el 21 de septiembre. Asimismo, se relaciona esta forma festiva con el Calendario de las fiestas tradicionales folklóricas venezolanas, perteneciente al Solsticio de Verano y al Ciclo de Lluvias Mínimas, según el Calendario Indígena.
Parranda de los negros sin número de manifestaciones populares
“La Parranda de Negros lo distingue un sin número de manifestaciones populares tradicionales, que se caracterizan por exactamente lo contrario a otras. Por ejemplo, la estricta vinculación del tamunangue con las promesas a San Antonio de Padua, o los Chimbángueles y su relación con la festividad de San Benito de Palermo. Siendo así, que consideramos adecuado tratar a la Parranda de los Negros como una manifestación cultural que se explica en sí misma, y no como dependiente o vinculada a determinada devoción a un Santo o a una Advocación de la Virgen”, explicó.
Asimismo, Fanny Morillo continuó explicando que en esas fechas diferentes parrandas de músicos se organizan, para recorrer calles y viviendas, al compás de cuatro, tambor y maracas, interpretando guarañas y maricelas. Generalmente el grupo va acompañado por tres cantantes, todos de sexo masculino con las caras embetunadas, que representan dos negros y una negra.
Danza llena de amor
“Esta es una danza hermosa llena de amor por nuestros antepasados y que recorre en medio de melodías propias, calles, veredas y avenidas, con el firme propósito de que las comunidades se hagan partícipes y es lo que eventualmente sucede. Cuando la parranda arriba a una casa, los bailadores, entregan a los anfitriones un animalito tallado en madera, que al retirarse esperan ase les devuelva con alguna propina o botella de licor. Durante la estadía, improvisan coplas de los residentes de forma jocosa”, expresó la especialista cultural.
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En resumidas cuentas, la Parranda de Los Negros sigue recorriendo cada uno de los espacios de sus sitios tradicionales, sin embargo, en los diferentes encuentros culturales se escenifican estas danzas, fortaleciendo así el sentimiento de propiedad por medio de la difusión de las tradiciones, que no determinan de solo un sitio, sino de todo un país.
