La mítica formación Les Luthiers, que a principio de año anunciaba el fin de su carrera, se despidieron este domingo de Europa y lo ha hecho desde la Costa Brava española (noreste) antes de cruzar de nuevo el Atlántico para ponerle el broche a este adiós.
El festival de Porta Ferrada en Sant Feliu de Guíxols (Girona) ha sido el último escenario español de un grupo histórico por su combinación de música y humor.
“Más tropiezos de Mastropiero” es el nombre de la pieza con la que han defendido la despedida tras más de cinco décadas de trabajo de la mano de un personaje que les acompaña desde la década de los 60 y que supone una sátira de los grandes autores clásicos.
A Johann Sebastian Mastropiero lo interrogan para desgranar su trayectoria vital como sendero por el que discurre una propuesta ácida con giro final a la que la música otorga esa pátina exclusiva de las obras de Les Luthiers.
La genialidad de estos músicos metidos a humoristas o viceversa les valió en 2017 el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades como reconocimiento a un planteamiento artístico que se ha prolongado durante más de medio siglo y que, ahora, llega a su final.
Gran aporte musical gracias al humor y bromas ofrecidas por Les Luthiers
Para esa última cita con sus espectadores, el recurso ha sido el habitual de la parodia, el que les ha encumbrado por navegar con la comedia sobre un terreno tan movedizo como el de la élite cultural.
Con los relevos pertinentes en el seno de la formación a lo largo de los años, ‘Más tropiezos de Mastropiero’ resiste las comparaciones sin impedir que la memoria de los más fieles eche de menos a alguno de sus favoritos.
La creación al servicio del público, de sus risas a base de guiños constantes, sigue como base hasta el último día según ha quedado claro en Sant Feliu de Guíxols, donde el público ha despedido de pie a estos artistas.
Para el recuerdo, bromas atrevidas que obvian el maremágnum que generan las redes sociales y reivindican un estilo contrastado que se ha aguantado hasta el momento actual.
En Porta Ferrada, a orilla del Mediterráneo, los asistentes han podido disfrutar de otro clásico de Les Luthiers como es el de los instrumentos absurdos capaces sin embargo de generar música.
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Aplausos a todos los integrantes
La maestría de los últimos integrantes en incorporarse al grupo queda fuera de toda duda en este espectáculo, aunque la mirada se escapa hacia los más veteranos, ya que la audiencia de Sant Feliu de Guíxols, como la de otros tantos sitios por los que ha pasado “Más tropiezos de Mastropiero”, entiende que está ante un homenaje.
Los aplausos, que han merecido una pieza extra final, han servido para agradecer, sobre todo a Carlos López Puccio y Jorge Maronna, la labor de toda una vida.
Con sus trajes impecables y sus pajaritas no ha faltado de nada en este adiós en que el mítico Mastropiero cobra forma como invención de un montaje nuevo con el que Les Luthiers ha querido despedirse a lo grande.
El público americano tendrá todavía oportunidad de disfrutarlo antes del colofón, pero España ya ha dicho adiós a un romance con estos argentinos que se remonta también a casi cinco décadas.
En Sant Feliu de Guíxols ha concluido este idilio y lo ha hecho de una manera simbólica: en un festival musical que incluye un apartado de humor.
Éste ha sido el lugar donde Les Luthiers ha representado su última perla y donde ha recibido la última ovación europea a unos artistas que han tenido la virtud de hacer reír a generaciones jugando con las palabras y con las notas.
EFE
JAS
