El lago se está “tragando” más de 16 viviendas

El aumento de la cota del lago Los Tacarigua, a raíz de las fuertes lluvias acaecidas en las últimas semanas, ha dejado al menos 16 viviendas de Brisas del Lago anegadas, específicamente entre las calles Chaguaramos y José Félix Ribas, al sur de Maracay.

Los propietarios de estas viviendas claman por una reubicación por parte de las autoridades, que hasta este fin de semana no se habían presentado para evaluar la crisis por la que atraviesan esas familias.

La lenta, pero amenazante anegación ha encendido las alarmas entre los habitantes de Brisas del Lago, sin embargo, se niegan de forma rotunda a abandonar sus hogares, pues temen pasar años en un refugio, a riesgo de que no se les brinde la debida atención, quedando “a la buena de Dios”.

Y durante un recorrido realizado por el equipo reporteril de elsiglo por la zona, se pudo constatar la gravedad de la problemática, que aunque es producto de la temporada de lluvias, lleva ya muchos años desarrollándose.

“NECESITAMOS AYUDA”

Ramón Arévalo, vecino de la calle Los Chaguaramos, mencionó que en los últimos días el aumento del nivel del lago ha sido notorio, hasta el punto de que el agua lacustre ya se encuentra dentro de las casas, poniendo en jaque la tranquilidad y estabilidad emocional de los vecinos.

“Las lluvias de esta semana provocaron el aumento del lago, lo que ocasionó que el agua se nos metiera a las casas. Desde hace cuatro meses vivíamos con el agua del lago a pie de acera, pero fue imposible retenerla más, literalmente la tenemos debajo de la cama”, señaló Arévalo.

Recordó que en dicha calle hacen vida personas de la tercera edad y niños, que no deberían vivir en tales condiciones, no obstante, optan por permanecer en el lugar, pues que no cuentan con los medios necesarios para buscar otra residencia.

“Necesitamos la ayuda del gobierno, de Dios, de alguien caritativo que nos resuelva está situación. Yo tengo un ACV y aquí sigo, luchando para tratar de sacar el agua con una bomba, no me resigno a perder mi vivienda, la que construir con tanto esfuerzo y dedicación”, lamentó Arévalo.

UN FOCO DE CONTAMINACIÓN

El aumento de la cota del lago Los Tacarigua en el sector Brisas del Lago ha llevado precariedad a los vecinos, especialmente peligros desde el punto de vista sanitario. Aunque invisibles, los vecinos saben que están rodeados de bacterias y gérmenes, además de los mosquitos y zancudos, portadores de enfermedades, y que acechan las 24 horas. Mientras tratan de sacar el agua, ya muchos se sienten enfermos.

Y es que a pesar del esfuerzo de los vecinos por tratar de construir un muro de contención con sacos de arena, el avance del agua en las últimas horas ha puesto en peligro sus vidas, pues en esta oportunidad la anegación no ha sido silenciosa, sino hasta con “oleaje”.

Ivón Ríos, afectada, manifestó sentir dolor e impotencia por ver como poco a poco pierde lo que construyó con tanto sacrificio.
“No tenemos a dónde ir. Estamos esperando que el gobierno se apiade de nosotros. Aquí no ha llegado ningún tipo de beneficios, lamentablemente no existimos, estamos cansados de tanta miseria”, condenó.

Por otro lado, Dinora González afirmó que gracias al esfuerzo de los vecinos, que de manera conjunta han trabajado desde principios de años en el fortalecimiento de un muro improvisado, la inundación no ha sido más grave, y se ha limitado, por ahora a dos calles.

“La situación es difícil, muchos vecinos ya tienen el agua adentro, y hasta el momento ningún funcionario del gobierno se ha aparecido, estamos desesperados”, aseveró.

A su vez, González resaltó que ha sido difícil cerrar los ojos, puesto que teme a que una ola del lago arrastre todo lo que consiga a su paso. “Eso tiene olas, es difícil dormir, sigue lloviendo y estamos seguros de que el lago seguirá creciendo. Ya nos estamos enfermando, a un niño le salió una erupción producto del agua, es difícil, estamos solos”, denunció.

CALLE JOSÉ FELIX RIBAS BAJO EL AGUA

A pesar de que el tema del lago no es nuevo para los habitantes del sur de Maracay, el temor de quedarse sin hogar toma por asalto nuevamente la mente de los residentes, puesto que no cuentan con los ingresos necesarios para salir de la situación por cuenta propia.
Según los habitantes, son 14 casas las afectadas por el lago en la calle José Félix Ribas, entre las cuales se encuentra la residencia de Olga de Taborda, donde el agua tiene 10 centímetros de profundidad.

“Han traído es su pote de humo, no se puede negar que nos han dado alimentos e insumos para el consumo diario, pero, esto no es suficiente, realmente lo que necesitamos es una reubicación, llevamos años esperándola y aquí seguimos, somos los hijos de nadie”, finalizó.

HERNÁN GONZÁLEZ | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA