Detenido odontólogo por muerte de coronel

De acuerdo a la información del comisario general Douglas Rico, director nacional del Cicpc, los funcionarios del Eje de Homicidios de Caracas, resolvieron en tiempo récord el crimen cometido en contra del coronel retirado Bernardo Antonio Ontiveros Campero, de 53 años.


Tras arduas investigaciones, los sabuesos dieron con la identidad y paradero del presunto autor del homicidio. Su captura se materializó en el estado Táchira cuando huía hacia Colombia.

Fue identificado como Erick Alexander Rosales Ontiveros, de 21 años, informó el director del Cicpc, comisario general Douglas Rico, quien indicó asimismo que el homicida era sobrino de la víctima.

El jefe policial precisó que los hechos ocurrieron el pasado miércoles 9 de junio, cerca de las 11:40 minutos de la noche, en el sector San Francisco de Cúpira, perteneciente a San Diego, en la entidad carabobeña.

De acuerdo con la versión ofrecida por el director detectivesco, Rosales, de profesión odontólogo, fue a la casa del coronel retirado para reclamar el pago de 2.000 dólares que el quincuagenario le debía.

La víctima le habría manifestado que por el momento no tenía el dinero y le diera un compás de espera. Sin embargo, el sobrino se llenó de cólera y en medio de la discusión, disparó contra Ontiveros hasta causarle la muerte.

Posteriormente, al verse manchado de sangre, el presunto autor del crimen se apoderó de todos los objetos de valor del infortunado militar e incluso de cierta cantidad de dinero en moneda extranjera.

Luego Erick Rosales manifestó que con esos dólares se iría a Colombia y la noche siguiente agarró camino a la ciudad de San Cristóbal.

No obstante, el comisario Ramón Duque, jefe de la División de Homicidios de Carabobo alertó a todas las unidades de la región andina sobre las características físicas del sospechoso.

Incluso el funcionario, junto con sus investigadores, se trasladó a la ciudad andina y a través del rastreo telefónico, se logró ubicar su paradero cuando huía hacia Colombia.

Una vez en Valencia, el odontólogo echó el cuento clarito, y ahora el caso quedó a la orden del Ministerio Público para las actuaciones correspondientes.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo