Merino negó responsabilidad en muerte de manifestantes en su contra

El fugaz expresidente peruano Manuel Merino negó ser responsable de las muertes de dos jóvenes en manifestaciones en su contra, que lo obligaron a dimitir en noviembre de 2020 y por las que está siendo investigado.

Merino
Foto: Archivo

“Yo no he tenido el poder para dar órdenes”, dijo en una entrevista televisiva, en la que cargó toda la responsabilidad de la represión a las marchas masivas en todo el país contra su ascenso a la jefatura del Estado desde su posición como titular del Parlamento, tras la destitución del entonces presidente Martín Vizcarra.

En sus declaraciones insistió en que fue víctima de “una conspiración contra un gobierno constitucional”, lo que generó duras críticas y desmentidos de la prensa y ciudadanos a Merino por rehuir su responsabilidad.

“En ningún momento he tenido mando para ordenar la represión a las marchas”, alegó, a tiempo de señalar que todo el plan operativo lo hizo la Policía.

Sobre la investigación de la Fiscalía sostuvo que se ha demostrado que él no tiene responsabilidad, lo que desmintieron fuentes del Ministerio Público (MP), al aclarar que las pesquisas continúan.

La Fiscalía investiga a Merino, a quien fuera su primer ministro Ántero Flores-Aráoz y a su titular del Interior Gastón Rodríguez, así como a dos altos oficiales de la Policía .

La indagación parte de la presunción de que cometieron los delitos de abuso de autoridad en agravio del Estado, homicidio doloso en agravio de Bryan Pintado e Inti Sotelo -los jóvenes manifestantes baleados por la Policía-, así como lesiones graves y leves contra otros marchistas.

Sobre la crisis política estallada tras la destitución de Vizcarra, Merino, quien fue reemplazado por el actual mandatario, Francisco Sagasti, sostuvo que el culpable de la misma es el exgobernante por los delitos que se le imputan.

Las protestas rechazaron el ascenso de Merino a la Presidencia, en el entendido de que la mayoría parlamentaria había defenestrado a Vizcarra como parte de un complot para apoderarse del Gobierno y no por celo en la lucha contra la corrupción.

AVN