¡No era un trueno, era el agua que venía!

Eran las 2:00 de la tarde del miércoles 9 de septiembre cuando los vecinos de El Limón escucharon un fuerte estruendo, muchos se quedaron tranquilos, pero a los pocos minutos el sonido era más ensordecedor, resulta que la quebrada Los Capuchinos había sobrepasado su límite y tomó algunas calles como nuevo cauce.

Limón de

Desde esa hora algunos vecinos de la zona recordaron lo vivido aquel 6 de septiembre de 1987, cuando el río El Limón se desbordó y se llevó a su paso todo lo que encontró y donde hubo centenares de fallecidos y desaparecidos.

Los vecinos relataron que la diferencia es que en esta oportunidad no hubo muertos ya que de algo valió aquella experiencia que dejó huella.

Todos están sin dormir desde el miércoles, lo bueno de esto es que la solidaridad entre los habitantes de los sectores afectados se ha visto demostrada una vez más.

Esta devastación que hubo debido a la fuerza de las aguas de esta quebrada, se evidencia apenas se comienza a subir por la avenida Universidad, los escombros, el agua y el barro están por todos lados.

Ayer la desesperanza de los habitantes de la zona es evidente, sobre todo cuando ven a alguien que ellos saben que no son del sector, esperan que los ayuden de alguna forma, el no dormir ha causado estragos en ellos, pero ahí están batallando para seguir sacando lo que les ha dejado esta tragedia.

Con los pocos implementos que tienen a mano están sacando el barro que queda en sus casas, mientras el dolor de perder todos sus enseres los embarga, pero no pueden parar ya que no es una opción dejar sus hogares en ese estado.

Muchos de ellos han improvisado palas y tobos para sacar ese lodo, aunque muchas de las calles están intransitables, la gente trata de que poco a poco puedan volver a la normalidad y dejar esta terrible experiencia atrás.

Estas personas lo que piden es ayuda venga de donde venga, porque se quedaron sin nada, sólo quedan en pie las paredes de sus hogares y la hermandad entre ellos, ya que con el pasar de las horas no desmayan para continuar su ardua labor que esta vez le ha dejado la madre naturaleza, un nuevo comienzo les espera.

Cientos de viviendas se han visto afectadas con el desborde de la quebrada Los Capuchinos, por lo que la capilla La Cruz, ubicada en la avenida principal de El Limón en el sector El Piñal no fue la excepción.

La fuerza del agua acabó con gran parte de la estructura de este templo católico en el cual los feligreses de la zona hacían vida religiosa, por lo que su asombro ante este hecho fue grande.

Los vecinos sentados en los pocos espacios que aún quedaban de la calle, no dejaban de contemplar como el río se apoderó de estos espacios, sin embargo, consideraron un milagro que la imagen principal del templo, el Santo Sepulcro, sobrevivió intacto a la arremetida del río endemoniado.

KARLA TRIMARCHI | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO