Brasil cumple cinco meses con una pandemia descontrolada

El 26 de febrero Brasil registró el primer caso oficial de coronavirus. Cinco meses después, la pandemia parece todavía descontrolada en un país que ya es el segundo más afectado del mundo, por detrás de Estados Unidos, con 86.000 muertos y unos 2,4 millones de contagios.

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Foto: Archivo

En los 152 días transcurridos desde ese primer caso, que fue también el primero en América Latina y se registró en un hombre que había llegado de Italia, el país ha visto pasar tres ministros de Salud y convivido con el fuerte negacionismo del presidente Jair Bolsonaro, quien incluso llegó a sufrir el virus.

El líder de la ultraderecha brasileña se recuperó finalmente este sábado, cuando anunció que un último examen dio negativo, después de que el 7 de julio se comprobara que había contraído lo que en algún momento había llegado a tildar de “gripecita”.

La gestión de la pandemia por parte del Gobierno ha sido caótica por momentos, lo cual se reflejó en el Ministerio de Salud.

Cuando el virus llegó al país, ese despacho estaba a cargo del médico Luiz Henrique Mandetta, destituido a mediados de abril por su firme defensa de las cuarentenas aplicadas por estados y municipios, pero censuradas por Bolsonaro, quien se enfrentó por eso al Congreso y hasta a la Corte Suprema.

Su lugar fue ocupado por el oncólogo Nelson Teich, quien duró un mes en el puesto y renunció tras negarse a liberar el tratamiento de la Covid-19 con cloroquina, antipalúdico de cuya eficacia duda la ciencia pero que Bolsonaro recomienda, al punto de que dijo haberlo usado en su propia terapia.

La solución de Bolsonaro para ese ministerio fue el general Eduardo Pazuello, con vasta experiencia en logística pero ninguna en salud, que cumplió el precepto castrense de la “obediencia debida” y le hizo coro a las diatribas del gobernante.

Recomendó una acelerada reapertura económica y también que la cloroquina fuera usada en pacientes de la Covid-19 cuando surgieran los primeros síntomas, pese a las protestas de la comunidad científica.

EFE