A través de los medios de comunicación social, los familiares de Lenín David Orillan Barrios, de 39 años de edad, denunciaron públicamente que presuntos funcionarios del cuerpo de seguridad torturaron a su pariente antes de las 12:00 de la medianoche del viernes en el sector Tiquire Flores del municipio José Rafael Revenga.
Carmen Barrios, madre del ciudadano, detalló a los reporteros que su hijo regresaba a la casa junto a cinco personas más provenientes de una reunión familiar, cumpliendo así con las normas de protocolo de la cuarentena ordenada por el Presidente de la República para contener el avance del Covid-19.
Y en un punto del sector Tiquire Flores se presentó una comisión policial, ordenando a las personas a detenerse y como ellas no tienen cuentas pendientes con la justicia ni mucho menos registros policiales, obedecieron al llamado.
Poco después los agentes, tras expresarles palabras fuera de tono y no cónsonas con su envestidura, ordenaron a los ciudadanos a correr hacia un sitio, pero éstos le manifestaron lo siguiente: “Porqué nos mandan a correr sino tenemos cuentas pendientes con nadie, somos ciudadanos responsables y trabajadores”.
Seguidamente Lenín expresó a sus amigos que no lo hicieran porque sino nos disparan y nos van a presentar como delincuentes. Al parecer esa respuesta no cayó bien a los funcionarios.
Comentó la denunciante que los oficiales se ensañaron contra su hijo, propinándole golpes con objetos contundentes y patadas en distintas partes del cuerpo. Lo trataban como si fuese una escoria social.
Se trató de una tortura como si estuviéramos viviendo en un régimen totalitario y dictatorial. Luego, “mi hijo y los otros ciudadanos se los llevaron presos hasta el día siguiente”. Pasaron la noche en el comando de El Consejo. Después que los soltaron, Lenín Barrios se complicó producto de las lesiones apreciadas en varias partes del cuerpo, siendo trasladado ese mismo día al Hospital José María Benítez en La Victoria.
“Una vez culminado con el chequeo médico, mi hijo lo dieron de alta y el domingo lo volvimos a trasladar e igualmente el lunes. Ese día lo reingresamos de urgencia al Benítez y el médico tratante ordenó practicarle una intervención quirúrgica”, dijo.
Tras practicar las diligencias de rigor con los exámenes y placas, la noche del lunes fue intervenido quirúrgicamente. Orillan Barrios se encuentra en muy malas condiciones físicas y su estado de salud es sumamente delicado.
Se debate entre la vida y la muerte en el referido centro asistencial producto de la brutal golpiza. “A mi hijo le violaron los derechos como ciudadano y si él incurrió en un delito, pues simplemente llévenselo preso, más no lo castiguen como si fuese un peligroso delincuente”, dijo.
Apuntó que la víctima es un trabajador del área de enfermería del Hospital José María Benítez, y a través de los medios de comunicación social, la señora hizo un llamado a la Fiscalía General de la República a investigar ese asunto y establecer las sanciones.
También hizo un llamado al gobernador Marco Torres. “No podemos permitir que el caso de mi hijo se vaya a quedar engavetado en el baúl de los recuerdos, ni mucho menos aceptar que se violen los derechos de las personas como lo ocurrido al ciudadano afroamericano, muerto a manos de un policía estadounidense.
Culminó diciendo lo siguiente: “No me voy a quedar de brazos cruzados, sacando dinero de donde no tengo y mi hijo muriéndose en un hospital a causa de un procedimiento policial fuera de orden”.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
