En horas de la tarde de este jueves, la comunidad de Chaguaramos, en la población de Mariara del municipio Diego Ibarra del estado Carabobo, escenificó una protesta pacífica en la carretera nacional, denunciando el presunto ajusticiamiento de un adolescente a manos de un aparente funcionario del cuerpo policial de la entidad regional.
Los pobladores impidieron el paso de vehículos portando pancartas, en donde señalaban la participación de un funcionario en la muerte de Darwin Castro, de 16 años de edad y domiciliado en esa barriada.
De acuerdo con la querella, el muchacho salió de su residencia en horas de la noche del miércoles y, junto a un amigo se trasladó a un sitio a buscar una canaima para realizar una tarea vía online, ordenada por su instructor académico.
En el trayecto, el amigo de Darwin le manifestó. “Epa chamo ahí viene la policía, tenemos que salir corriendo porque sino nos llevan preso por la cuarentena”.
A lo que respondió le siguiente: “No estoy haciendo nada malo y no tengo cuentas pendientes con nadie”.
Sin embargo, su amigo si corrió y se perdió de vista de todos los que estaban sentados en los frentes de sus casas.
De pronto un funcionario se le acercó y le metió un tiro, acto seguido le arrojó un arma de fuego para aparentar un presunto enfrentamiento, señalando lo siguiente: “Ese sujeto trató de robarme la camioneta”, según la información aportada por los vecinos a este redactor.
La comunidad, incluyendo su señora madre, presenció como ese funcionario le disparó sin ningún motivo al menor, y ayer, luego de analizar el evento, tanto familiares, amigos y vecinos salieron a la carretera nacional a exigir justicia.
Aseguraron que Darwin Castro jamás intentó robar al funcionario ni mucho menos llevaba consigo un arma de fuego. La gente pide al representante del Ministerio Público del estado Carabobo que actúe apegado a la norma jurídica y se imponga el derecho.
La muerte del adolescente no puede quedar impune, y seguirán con las acciones de calle, pues no van a tolerar que gatillos alegres acaben con la vida de los muchachos del barrio.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
