Unos siete mil soldados fueron desplegados en el noreste de Delhi, India, para tratar de controlar los disturbios ocasionados por la aprobación de una ley de ciudadanía que favorece a refugiados hindúes, cristianos, sijs, budistas y parsi que huyeron de la persecución religiosa de Pakistán, Afganistán y Bangladesh, pero que excluye a musulmanes y seguidores de otras creencias religiosas, reseña Prensa Latina.
Las acciones de calle comenzaron el domingo pasado y hasta ahora han causado 38 muertos y 200 heridos, informaron voceros oficiales.
La violencia fue desatada por los ataques de grupos afiliados a organizaciones hinduistas de derecha contra manifestantes opuestos a la Ley de Ciudadanía (Enmienda), que ellos denuncian como discriminatoria.
La legislación aviva las divisiones religiosas y étnicas, pues la ciudadanía de una persona no puede ser determinada por su afiliación religiosa, de acuerdo a las críticas de sectores progresistas y de izquierda indios.
El ministro del Interior, Amit Shah, revisó la situación en una reunión este jueves a la que asistieron el secretario del Interior, Ajay Kumar Bhalla, y el Comisionado de Policía de Delhi, Amulya Patnaik.
En tanto, el Asesor de Seguridad Nacional, Ajit Doval, visitó las zonas afectadas por los disturbios e interactuó con la gente para hacer un balance de la situación.
Una declaración del Ministerio del Interior señaló que 12 comisarías de policía de las 203 de Delhi, alrededor de 4,2% de la zona geográfica, fueron afectadas por la violencia y no se informó de ningún incidente importante en las últimas 36 horas. El Servicio de Bomberos de Delhi indica que más de 500 vehículos, incluidos motociclos, fueron quemados.
