Cambiar la rutina, sin tabúes Tantra: al desnudo o con ropa, talleres para cada necesidad

Dos talleres proponen animarse a experimentar con prácticas de tantra yoga y meditaciones orgásmicas. Para ir solos o comenzar a vincular a la pareja desde el sendero de la sexualidad tántrica.

Dos talleres proponen animarse a experimentar con prácticas de tantra yoga y meditaciones orgásmicas, ya sea para ir en forma individual como para comenzar a vincular a la pareja desde el sendero de la sexualidad tántrica.

“El tantra es una tradición filosófica milenaria nacida en India e incorporada por ramas del budismo y el hinduismo. Postula que el cuerpo es tan divino como el espíritu, algo así como la otra cara de la moneda, y propone despojarse de creencias y tabúes morales que impiden disfrutarlo plenamente. El cuerpo es una plataforma para comprender lo divino que habita en uno y en el otro. Y, visto de esa manera, las propuestas de masajes con finales felices y orgías empiezan a ‘hacer ruido'”, explica a Entremujeres Clarín Ivy Jeannot Laens, facilitadora de tantra yoga y terapeuta en masaje californiano y terapias holísticas, con orientación en tratamientos para parejas.

¿Con o sin ropa?

En Buenos Aires existen propuestas tántricas que no necesariamente requieren interacción sexual. El tantra yoga es una de las que está en boga. “En este tipo de clases no es necesaria la desnudez, de hecho, solo se realizan con ropa. Pero, si nos referimos a las prácticas de tantra para parejas, creemos que la desnudez es parte del aprendizaje y, si bien no es requisito excluyente, es muy limitante abordar secuencias eróticas y sexuales con la ropa puesta. Sería como tirarse a una pileta con la ropa puesta, funcionara igual, pero será incómodo”, dice Maximiliano García, instructor de tantra yoga.

Es que el tantra yoga no es lo mismo que el tantra aplicado al sexo. García lo explica así: “El tantra yoga es una herramienta de trabajo individual con secuencias y posturas específicas para aprender a movilizar de forma consciente la energía sexual en cada individuo. Puede, como beneficio y una vez que cada cuerpo hace su proceso individual, aplicarse a un encuentro íntimo donde nos encontraremos con un cuerpo más disponible y activo”.

En un contexto en el que las rutinas y el “vivir corriendo” nos “come”, el tantra yoga invita a conectar con nuestra energía disponible pero desconocida. “De esta manera, disponemos de una energía más amplia que servirá para revisar esa rutina y tener la posibilidad de aprender a corrernos de ella, reorganizar nuestros deseos y necesidades reales que quedan atrapados en el día a día, y hacernos cargo de esas cosas”, dice Maximiliano.

Terapias Alternativas

Dos talleres proponen animarse a experimentar con prácticas de tantra yoga y meditaciones orgásmicas, ya sea para ir en forma individual como para comenzar a vincular a la pareja desde el sendero de la sexualidad tántrica.

“El tantra es una tradición filosófica milenaria nacida en India e incorporada por ramas del budismo y el hinduismo. Postula que el cuerpo es tan divino como el espíritu, algo así como la otra cara de la moneda, y propone despojarse de creencias y tabúes morales que impiden disfrutarlo plenamente. El cuerpo es una plataforma para comprender lo divino que habita en uno y en el otro. Y, visto de esa manera, las propuestas de masajes con finales felices y orgías empiezan a ‘hacer ruido'”, explica a Entremujeres Clarín Ivy Jeannot Laens, facilitadora de tantra yoga y terapeuta en masaje californiano y terapias holísticas, con orientación en tratamientos para parejas.

En Buenos Aires existen propuestas tántricas que no necesariamente requieren interacción sexual. El tantra yoga es una de las que está en boga. “En este tipo de clases no es necesaria la desnudez, de hecho, solo se realizan con ropa. Pero, si nos referimos a las prácticas de tantra para parejas, creemos que la desnudez es parte del aprendizaje y, si bien no es requisito excluyente, es muy limitante abordar secuencias eróticas y sexuales con la ropa puesta. Sería como tirarse a una pileta con la ropa puesta, funcionara igual, pero será incómodo”, dice Maximiliano García, instructor de tantra yoga. La práctica de tantra yoga gira en torno a cuatro secuencias básicas de movimientos que tienen distintos objetivos.

La práctica de tantra yoga gira en torno a cuatro secuencias básicas de movimientos que tienen distintos objetivos.

Es que el tantra yoga no es lo mismo que el tantra aplicado al sexo. García lo explica así: “El tantra yoga es una herramienta de trabajo individual con secuencias y posturas específicas para aprender a movilizar de forma consciente la energía sexual en cada individuo. Puede, como beneficio y una vez que cada cuerpo hace su proceso individual, aplicarse a un encuentro íntimo donde nos encontraremos con un cuerpo más disponible y activo”.

En un contexto en el que las rutinas y el “vivir corriendo” nos “come”, el tantra yoga invita a conectar con nuestra energía disponible pero desconocida. “De esta manera, disponemos de una energía más amplia que servirá para revisar esa rutina y tener la posibilidad de aprender a corrernos de ella, reorganizar nuestros deseos y necesidades reales que quedan atrapados en el día a día, y hacernos cargo de esas cosas”, dice Maximiliano.
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El tantra yoga, por dentro

La práctica de tantra yoga gira en torno a cuatro secuencias básicas de movimientos que tienen distintos objetivos. Jeannot Laens, explica que, por un lado, “se busca incentivar la energía que se genera en distintos centros ubicados a lo largo del cuerpo. Conocidos como chakras, estos centros podrían ser retratados como molinos de viento que se van empastando con el tiempo. Se trata entonces de movilizar esos centros energéticos para que produzcan más energía vital. Por otro lado, se apunta a limpiar los canales por donde circula esa energía, para que la sensación de bienestar se distribuya por todo el cuerpo”.
“El tantra yoga pone especial énfasis en el trabajo sobre la columna vertebral, porque a través de ésta y de sus zonas paralelas circula un caudal energético enorme”.

“El tantra yoga pone especial énfasis en el trabajo sobre la columna vertebral, porque a través de ésta y de sus zonas paralelas circula un caudal energético enorme”.

Y continúa: “A nivel físico, el tantra yoga pone especial énfasis en el trabajo sobre la columna vertebral, porque a través de ésta y de sus zonas paralelas circula un caudal energético enorme. Se sostiene que la edad de un cuerpo está dada por la flexibilidad de su columna vertebral, justamente porque el caudal energético que fluye dentro de una persona es lo que más repercute en su vitalidad. Por último, el fortalecimiento del suelo pélvico es otro de los ejes centrales de la práctica, porque favorece el sostén de los órganos internos y la producción de energía sexual creadora en los centros ubicados en la zona pélvica, además de prevenir la incontinencia urinaria. La práctica de tantra yoga genera rápidamente una sensación de vitalidad muy marcada, lo que facilita hacer carne esta esencia tan propia del tantra que consiste en gozar plenamente del momento presente, libre de condicionamientos”.

¿Exclusivo para gimnastas?

Se suele asociar el tantra a las “proezas sexuales”, pero no es necesario estar “en buen estado físico” para practicarlo. “El tantra no debería depender de un buen estado físico, aunque esto es implícito también para un mejor desarrollo de la actividad sexual. Cada ser puede abordar la experiencia desde el cuerpo que tiene. Busca aprender a conectar con la potencia de la sutileza en el contacto hacia un otro, explorando el cuerpo entero como gran zona erógena independientemente de la genitalidad que entra en juega una vez que todo el cuerpo fue activado y estimulado”, dice García, quien en 2014 lanzó la certificación para la formación de instructores en tantra yoga en Buenos Aires, Rosario y Córdoba.

“De todas maneras, para la postura de Yab yum o posición de Loto en el Mahituna (cópula sagrada) se requiere un buen estado físico para poder mantener durante bastante tiempo una buena flexibilidad en la columna y en la zona interna de las piernas; para eso nos sirve el entrenamiento y el abordaje con las secuencias del tantra yoga”.

Gozar plenamente

Ivy explica que existen, además, otras prácticas tántricas o asociadas al tantrismo que apuntan a destrabar bloqueos energéticos que impiden un goce pleno. “Disfrutar conscientemente del momento puede ser difícil si hay un dolor muscular intenso o incluso una situación emocional compleja. Las emociones se instalan en el cuerpo, dejan huellas profundas, y a veces se necesita un empujón adicional para salir adelante”.