“Según testigos, a mi hermano se lo llevaron aparentemente detenido de la plaza Ribas en La Victoria, y dos días más tarde apareció muerto en el embalse de Zuata del municipio José Félix Ribas”, denunció la señora Yusmary Fernández, quien acudió en la mañana de este lunes a la Morgue de Caña de Azúcar a retirar el cadáver de su hermano para darle cristiana sepultura.
Identificó a su pariente como Diego Ismael Fernández Quintana, de 39 años de edad, quien residía en La Victoria.
Comentó que el ciudadano no tenía un trabajo fijo debido a la situación país; sin embargo, hacía cualquier actividad laboral honradamente que le generara algún dinero para mantener a sus tres hijos y su mujer. Principalmente su oficio era el de obrero.
La noche del día 16 de marzo, contó su pareja, él salió de la vivienda y al parecer, se dirigió a la plaza Ribas, sitio que frecuentaba regularmente. Allí se vería con unos amigos.
Les manifestó a sus seres queridos que regresaría en un par de horas, pero lamentablemente no lo hizo y después, “comenzamos la familia, en medio del sufrimiento y el dolor, a recorrer comandos policiales, subdelegaciones del Cicpc y el comando de la GNB, así como en centros asistenciales buscando información sobre su paradero”, dijo.
Agregó que dos días más tarde, específicamente el 18, “nos llegó la noticia de que mi pariente estaba muerto en el embalse de Zuata, y en ese mismo espacio se ubicó un segundo cadáver”.
“Identificamos a Diego Fernández por los dedos del pie derecho, una pulsera y un rosario que siempre llevaba colgado en el pecho”, señaló la denunciante, quien indicó que al hermano le apreciaron heridas por arma de fuego.
“Aunque no tenemos la certeza, nosotros presumimos que mi hermano, antes de morir tiroteado, fue objeto de una tortura. Tenía los ojos brotados y presentaba señales de tal ensañamiento”, agregó.
“La gente afirmó que a mi hermano se lo llevaron unos policías de la plaza Ribas, pero no puedo asegurar eso porque yo no estaba en ese sitio y sería una irresponsabilidad de mi parte, expresar tal situación. Sin embargo, corresponde a los funcionarios del Cicpc esclarecer las circunstancias del caso”, dijo.
Culminó señalando lo siguiente: “Yo lo que pido encarecidamente es que me entreguen su cadáver para darle cristiana sepultura. Ya son varios los días depositado en esa cava y debe estar en descomposición. Él no era mala gente para que haya terminado en esa situación”. Yusmary Fernández pidió que le entreguen el cadáver de su hermano.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
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