El hecho ocurrió en el pueblo de Boconó, estado Trujillo. Un niño de dos años tuvo que ser enterrado en un cajón de madera construido por su propia familia, que no disponía de dinero para pagarle un entierro, reseñó el Diario Los Andes.

Una vez guardado en la caja, sus familiares procedieron a enterrarlo en un jardín de la casa donde residen.
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El bebé falleció producto de una infección estomacal que no pudieron curarle con medicina naturista, a la que acudieron por no poder costear ni conseguir medicamentos.
Fuente: EL Nacional /Diario los Andes.
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