Por celos asesinó a su hija de tres años en Zulia

Un insólito caso de una madre que por celos asesinó a su hija de tres años de edad estremeció a todo el país. Al parecer, el marido de la mujer abusaba sexualmente de la infante y le decía a su pareja que prefería a la niña y no a ella. Ante esta retorcida confesión, la mujer decidió matar a su hija, para que su marido solo se fijara en ella.

Jissel Jerkin Domínguez Urdaneta y Rafael Enrique González Barrueta, presos

Efectivamente, la parroquia San Francisco de Maracaibo, estado Zulia, está de luto tras el brutal infanticidio de una niña de tan solo tres años. La pequeña Dreilys Jhoana Domínguez Urdaneta perdió la vida a causa de los terribles maltratos y abusos que sufría a manos de su propia madre y su padrastro.

Según las investigaciones, la madre de Dreilys, Jissel Jerkin Domínguez Urdaneta, de 24 años, la golpeaba salvajemente, mientras que el padrastro, Rafael Enrique González Barrueta, de 27 años, abusaba sexualmente de ella.

El hecho ocurrió en el sector La Pastora, de la urbanización La Popular, en el municipio San Francisco. Los vecinos de la zona se encuentran consternados ante la terrible noticia.

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UN CALVARIO

La vida de Dreilys se convirtió en un calvario desde que su madre obtuvo su custodia en diciembre, tras separarse del padre biológico de la niña. En lugar de encontrar amor y protección, la pequeña Dreilys fue víctima de maltratos inhumanos que finalmente le arrebataron la vida.

Jissel y Rafael llevaron a Dreilys sin vida al Hospital Manuel Noriega Trigo, donde intentaron hacer pasar su muerte como un accidente. Sin embargo, los médicos detectaron signos de abuso y maltrato, por lo que alertaron a las autoridades.

Tras una investigación exhaustiva, el Cicpc, dirigido por Douglas Rico, reveló la brutal verdad: Dreilys presentaba lesiones de vieja y nueva data, quemaduras y signos de abuso sexual. La madre, movida por los celos, no soportaba que su pareja solo tuviera relaciones íntimas con la niña, por lo que la agredía con saña, llegando incluso a quemarla con una cuchara caliente.

Jissel y Rafael intentaron huir, pero fueron capturados por las autoridades en La Popular. Ahora enfrentan cargos por infanticidio y abuso sexual, mientras que el cuerpo de Dreilys permanece en la morgue, a la espera de ser reclamado por sus familiares para darle cristiana sepultura.

Este trágico caso ha dejado una profunda herida en la comunidad de San Francisco, que clama por justicia para Dreilys y exige que los responsables de este horrendo crimen paguen por sus actos.

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