El presidente de Rusia, Vladímir Putin, aseguró este viernes que, con la ayuda de su colega de EEUU, Donald Trump, espera acabar «cuanto antes» con el conflicto en Ucrania y apoyó la concesión de garantías de seguridad a Kiev.

«Hemos forjado con el presidente Trump una relación muy buena de trabajo y confianza. Tengo todos los motivos para suponer que si seguimos por este camino podremos llegar, cuanto antes mejor, al final del conflicto en Ucrania», dijo durante una rueda de prensa conjunta tras la cumbre celebrada en la base aérea de Elmendorf-Richardson, cerca de Anchorage (Alaska).
Putin, que consideró «constructivas» y «útiles» las negociaciones con Trump añadió: «Quisiera confiar que el entendimiento alcanzado hoy (ayer) nos permita acercarnos al objetivo y allane el camino a la paz en Ucrania».
«Estoy de acuerdo con el presidente Trump. Él habló de que, sin lugar a dudas, debe garantizarse también la seguridad de Ucrania. Estamos dispuestos a trabajar en ello», subrayó.
El jefe del Kremlin subrayó que Rusia está «sinceramente interesada en poner fin» a la guerra, pero matizó, como ha hecho en numerosas ocasiones desde el comienzo de la campaña militar en 2022, que el arreglo al conflicto debe tener «un carácter sólido y duradero», de forma que se eliminen las causas que lo originaron.
Las causas originales aluden a la necesidad de garantizar la neutralidad de Ucrania, lo que incluiría su desmilitarización, y que la OTAN deje de aproximarse a las fronteras rusas.
«Vemos el deseo de la Administración de EEUU y personalmente de Trump de contribuir al arreglo del conflicto ucraniano, su deseo de llegar a la esencia y comprender sus orígenes», resaltó.
A su vez, Putin, que destacó que ambos países son vecinos -sus islas están separadas por apenas cuatro kilómetros-, propuso a Trump celebrar la próxima cumbre en Moscú.
«Espero que, si es posible, nos veamos pronto. La próxima vez en Moscú», señaló el líder ruso en inglés.
A lo que su interlocutor replicó: «Es una interesante propuesta. Puede ser que ocurra».
Putin expresó su confianza de que Ucrania y los países europeos no obstruyan ni intenten realizar ninguna «provocación» ni impulsar ninguna «intriga» que torpedee los progresos ya alcanzados en el proceso de paz.

«SHOWMAN»
Donald Trump, echo mano de su experiencia como «showman» y recibió a su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, con un efectista despliegue de F-35, F-22 y el sobrevuelo del bombardeo estratégico avanzado B-2, una demostración de fuerza que no pasó desapercibida.
Trump acompañó a su llegada a la base aérea de Elmendorf-Richardson a Putin por una larga alfombra roja que finalizaba en un podio flanqueado por cuatro cazas F-22.
Mientras Putin caminaba sonriente con Trump, el ruso no pudo evitar mirar hacia el cielo ante el ruidoso paso a baja altitud de un bombardeo B-2 escoltado por cuatro cazas F-35.
Trump también ordenó que el Ilyushin Il-96-300PU que hacía las veces de avión presidencial de Putin fuera escoltado a su llegada a Alaska por dos cazas estadounidenses, algo que no es práctica común especialmente con una nación que hasta recientemente era considerada rival.
Tras intercambiar saludos, risas y comentarios, ambos mandatarios se subieran a la limusina blindada de Trump, conocida como la ‘Bestia’, pese a que varios aviones de transporte militar rusos han estado transportando material las horas y días previos a esta cumbre, entre ellos famosos automóviles Aurus, que utiliza la élite política rusa.
La base aérea de Elmendorf-Richardson, a la afueras de Anchorage (Alaska), es el escenario de la cumbre entre Trump y Putin, pero también es un centro logístico y de vigilancia aérea y alerta temprana frente a Rusia.
Durante la Guerra Fría tuvo un papel fundamental en la disuasión y vigilancia de la proyección de fuerza militar soviética y desde la caída del «telón de acero» ha mantenido un papel discreto y puramente militar.
OFRENDA FLORAL
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, realizó este viernes una ofrenda floral en un cementerio en Alaska donde yacen los restos de pilotos soviéticos fallecidos durante la Segunda Guerra Mundial.

El jefe del Kremlin se acercó al camposanto después de la cumbre con su homólogo estadounidense, Donald Trump.
Delante de cada tumba Putin se paró durante unos instantes, hizo una genuflexión y depositó un ramo de rosas rojas.
Posteriormente, el líder ruso se dirigió hacia su avión para abandonar Alaska tras una estancia de cuatro horas en suelo estadounidense.
En el cementerio visitado por el mandatario ruso están enterrados once militares -nueve de ellos pilotos- y dos ciudadanos soviéticos que murieron entre 1942 y 1945 al intentar trasladar los aviones que les había suministrado Estados Unidos.
Previamente, Putin destacó en la rueda de prensa con Trump que en América y particularmente en Alaska, se conserva «un gran legado cultural ruso».
«Templos ortodoxos, muchos, más de 700 puntos geográficos que tienen procedencia rusa».
LLAMARÁN A ZELENSKI
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avanzó que llamará a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y a los líderes de la OTAN para informarles sobre la cumbre bilateral que mantuvo este viernes con el líder ruso, Vladímir Putin, enfocada en una posible tregua a la guerra en Ucrania.
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«Llamaré a la OTAN dentro de un rato, llamaré a las personas que considero oportunas y, por supuesto, llamaré al presidente Zelenski para informarles sobre la reunión. En última instancia, la decisión depende de ellos», declaró Trump.
El presidente de EEUU había avanzado que su intención era informar a Zelenski, así como a otros líderes europeos, poco después de su encuentro con su homólogo ruso, porque no quería negociar en nombre de Ucrania.
Algunos líderes europeos, como el canciller alemán Friedrich Merz -quien estaba acompañado de Zelenski- y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se comunicaron con Trump vía videollamada este miércoles para preparar la reunión.
También participaron en ese encuentro la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
EFE
AC