Félix Bolívar, 50 años de constancia y disciplina

Hay relaciones laborales que son efímeras, pero hay otras que parecen eternas. Este es el caso de nuestro estimado compañero de trabajo, Félix Bolívar, quien ha dedicado al edificio azul 50 de sus 73 años de vida, construyendo un legado de constancia y jovialidad.

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«Yo mismo soy», una frase recurrente de Bolivita


Cariñosamente conocido como «Bolivita», aunque recientemente fue rebautizado como «Shazam!», este empleado es un ejemplo de compromiso, dedicación y disciplina, valores de los que pocos pueden presumir en estos tiempos modernos.


De hecho, muy pocos trabajadores sienten tanto orgullo de lograr metas históricas en una empresa, tanto así que cuando llegó el 1° de junio, fecha de su ingreso a la nómina de elsiglo en 1974, advirtió a todo el mundo en el edificio azul que se trataba de un día especial.
Su relación inicial no fue directamente con elsiglo sin con sus creadores; tenía apenas 21 años.


«Empecé con el Café Capriles, que quedaba en el boulevard Pérez Almarza, mi suegro trabajaba de chofer en esa casa de víveres, entonces él trabajaba a la vez de transporte escolar. Cuando empezaron las clases, él me recomendó con el ingeniero Tulio Capriles Hernández, entonces me aparezco allá y me da el puesto de chofer», relató Bolívar.


Explicó que durante el año 1973 repartía mercancía del local comercial y en junio de 1974 pasó a ser nómina del diario, en condición de conductor, con responsabilidad en la distribución del periódico.


«Comencé haciendo rutas, entregando periódicos a los kioscos y clientes que estaban bajo suscripciones», relató Bolívar, al recordar aquellos momentos en los cuales elsiglo era apenas un periódico recién nacido y poco conocido.

Hombre con mucha historia en esta casa editorial


Recordó que le correspondía entregar los periódicos a los municipios del Eje Oriental del estado Carabobo, es decir, Mariara y San Joaquín, y otro lote hacia el oeste de Maracay, teniendo que estar listo para la acción a la medianoche.


Relató que después de repartir el periódico, era el chofer de los periodistas que cubrían las fuentes de política, sucesos y deportes. «Eran muy poco para ese entonces», señaló.


Destacó que tuvo el gusto de compartir con grandes comunicadores como Luis Alberto Díaz y José Rosario Delgado, entre otros grandes profesionales de la comunicación ya fallecidos, a quienes recuerda con mucho cariño.


Continuó explicando que después de unos años comenzó a prestar sus servicios principalmente al departamento de Administración, cumpliendo hasta esta fecha dichas funciones, que ameritan mucha responsabilidad.


«Estaba con el personal de Cobranzas y también buscaba las bobinas. El ingeniero Tulio me encargaba de ir a Caracas a buscar un camión en la constructora Capriles, con un chofer, para buscar las bobinas, y el compromiso mío era entregar la correspondencia, hacer los trámites de pago y me entregaba toda la mercancía, en ese tiempo traía 10 bobinas», dijo.


Y «ya a las 12:00 de la noche uno estaba al pie de cañón, cuando empieza a funcionar la rotativa, y está cada uno allí esperando que le entreguen su paquete, uno iba saliendo con ellos», siguiendo las rutas de distribución, las cuales fueron la fuente inicial del crecimiento del diario, hasta convertirse en un referente del estado Aragua, que el próximo año arriba a sus 52 años.

Momentos que marcaron


Son muchos los momentos que ha vivido Félix Bolívar durante sus 50 años en elsiglo, pero entre los acontecimientos emblemáticos de los que fue no solo testigo sino protagonista, y en el cual incluso estuvo en peligro de muerte, fue el fallido golpe de Estado del 27 de noviembre de 1992.

Bolívar fue testigo de lo ocurrido el 28 de noviembre del 1992


«Ese día yo llego a la oficina de Cobranza, vi cuando los choferes empezaron a movilizarse, pero para ese entonces no pertenecía al departamento de Transporte. No obstante, ese día faltaba un chofer, yo en vez de irme para la casa me quedé, me dijeron para salir y les dije: ‘Yo mismo soy'», relató.


Explicó que ya un grupo de periodistas se habían desplegado en varios puntos álgidos del Eje metropolitano, cubriendo los acontecimientos de aquel imborrable día.


El destino que le tocó a Bolívar fue, ni más ni menos que la Base Área El Libertador de Palo Negro, teniendo la misión de trasladar al fotógrafo Ricardo Orellana (+) y al licenciado Johnny Ozalh, quien no tenía ni un mes en el equipo periodístico de elsiglo. Este equipo fue enviado de refuerzo a la zona, pero terminó siendo el protagonista de los violentos sucesos de aquel día en Palo Negro.


Durante esa jornada, vio caer en los terrenos de La Ovallera a un avión Bronco, piloteado por uno de los insurrectos, que fue derribado por aviones F16 del entonces Gobierno Constitucional, y después de eso llegó hasta el final de la avenida Los Aviadores, teniendo que dejar a los reporteros en la Encrucijada de Palo Negro, debido a que no había paso vehicular por la avenida Paramaconi.


Bolívar, al igual que los habitantes de las comunidades aledañas a BAEL, fue testigo del caos y sobrevivió a las horas de peligro de aquel aciago noviembre, donde hubo muerte y mucho peligro.


«En ese tiempo no teníamos teléfonos y estábamos haciendo el recorrido. Era demasiada gente en la calle. Disparos por aquí y por allá, lanzaron bombas, aquello era horrible», relató.


Bolívar estuvo pendiente de sus compañeros a pesar del temor y en medio de tanquetas y ráfagas logró reunificar al equipo. Esos momentos lo marcaron para siempre.


«Llegan los tanques de Valencia, eso era impresionante como llegaban y esos llegaron fue disparando. Allí todo el mundo corrió, yo me metí debajo del carro, escondiéndome, porque eso era tiros por todas partes, los tanques saltaron la cerca que estaba en la Base Libertador, después de eso, hubo un poco de calma, estábamos cerca de un taller mecánico y tocamos el portón para que nos dejaran entrar. Nos dieron paso y allí nos tiramos a una fosa», destacó en su relato.


Milagrosamente, Bolívar, junto al fotógrafo Orellana y el periodista Ozalh, sobrevivieron a la batalla, y luego de una hora se dirigieron hacia Palo Negro, específicamente hacia el ambulatorio de La Pica, llegando incluso hasta la entrada de BAEL, el epicentro del golpe. El Lada de color azul de elsiglo, conducido por Bolívar, estaba en el sitio de unos acontecimientos de impacto internacional, que marcaron incluso el devenir de Venezuela.


En la entrada de la base aérea se vivieron momentos de terror; nuevas escaramuzas, la unidad fue brevemente secuestrada por unos soldados que huían de la base, y de regreso hacia la avenida Los Aviadores, ya cayendo la tarde, les tocó cubrir la dantesca escena de la muerte de tres jóvenes palonegrenses, fallecidos al lado de la escuela de La Ovallera, durante un ataque aéreo contra los soldados insurrectos que se escondían en los tubos que se estaban utilizando para construir el Acueducto Regional del Centro. Así fue ese día, en el cual Bolívar condujo la unidad con el equipo periodístico y se hizo el trabajo: informar.

La familia


«Bolivita» se caracteriza por ser un hombre de familia y comprometido con su trabajo, asegurando que su esposa, Gladys de Bolívar, es el motor de su vida y quien lo ayudó a superarse, teniendo tres hijos durante el matrimonio. «Ha cooperado conmigo, ella está pendiente de que esté impecable», dijo.

La familia es su pilar


El amor a su familia lo tiene también con su trabajo, afirmando que en la historia del nacimiento de sus dos primeros hijos estuvo siempre presente elsiglo. «Con el nacimiento de la hembra y el varón, estuve trabajando. Antes no daban permisos por estas situaciones, estuve trabajando igualmente. De madrugada salía y pendiente de ella, no es fácil, por eso te repito que mi esposa es el motor que siempre me ayuda», apuntó.


También recordó con mucho aprecio al ingeniero Tulio Capriles Hernández, agradeciendo la confianza que le brindó al contratarlo y darle un espacio en lo que él considera su segunda casa.


«Gracias al ingeniero me operaron, el apoyo fue grande. Gracias a él duré varios días hospitalizado en el Centro Médico Maracay, luego de una operación que me realizaron en el Seguro Social de La Ovallera y mi recuperación fue en el Centro Médico. Lo recuerdo como una gran persona en su forma de ser. Ayudaba a uno con medicina y en la calle», añadió.


Concluyó enviando un mensaje para esta y las próximas generaciones, precisando que cada piedra que uno se encuentre en el camino, hay que saltarla y seguir hacia delante.


«Yo hago mi trabajo como si estuviera ingresando por primera vez en la empresa. Cumplo con todas las misiones que me mandan, no me niego, como siempre digo, ‘yo mismo soy’. Y a estas generaciones les recomiendo siempre llegar puntual al trabajo, no negarse a sus labores, porque eso es parte del compromiso que tú adquieres. Hay detalles, pero las cosas se tienen que hacer lo mejor posible, y siempre cumplir», sentenció.

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