En el curso de robótica encontramos a jóvenes como Jesús Landaeta, de 24 años, quien ya aprendió a crear un carro a control remoto, un diseño simple pero que lo lleva a imaginar mecanismos más complicados.
«Todo esto empezó gracias a las investigaciones que hice sobre Leonardo da Vinci, ya que fue uno de los creadores de mecanismos como aviones y vehículos. Pero me llamó la atención la preocupación que él tenía con las demás personas», relató el futuro inventor.
Landaeta está claro en lo que quiere crear: un artefacto, bien sea un robot u otro objeto, que ayude al personal de primeros auxilios, al estilo de la gama de robots de la película WALL•E. En esta cinta, los humanos que sobrevivieron en una nave espacial durante siglos desarrollaron un «pelotón» de estos mecanismos encargados de limpieza, seguridad, y atención médica, incluso el villano de la película, el piloto mecanizado, es un robot, pero malvado. Sin embargo Landaeta va por el sentido contrario, crear cosas buenas, especialmente a favor de la salud.
Y si bien son ideas sacadas de una película, en la mente de jóvenes como Landaeta si existen esos conceptos a desarrollar, más allá de la ciencia ficción, con el interés de que en el futuro podamos contar con recursos científicos más eficientes, que ayuden a las personas en situaciones de emergencia, casos de inmovilidad o atención de personas ubicadas en sitios inaccesibles o en el marco de siniestros.
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La mente brillante de Jesús lo tiene claro: «Mi prioridad son los primeros auxilios, para poder salvar vidas, esa es mi meta. Por eso le dije a mi papá que me inscribiera en el curso, para así crear artefactos que salieran de mis pensamientos y así ayudar a otros», resaltó Landaeta.
Lino Hidalgo – elsiglo
MM
