La UEP Nuestra Señora de La Consolación en Maracay conmemoró con alegría su 95º aniversario, honrando el legado de la Madre María Rosa Mola. La celebración se llevó a cabo con una serie de eventos que resaltaron la importancia de la educación de calidad y los valores fundamentales que han guiado a esta institución desde su fundación.
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Bajo el lema «Mente, corazón y manos para consolar», la comunidad educativa se unió para recordar la llegada de las cuatro hermanas de Nuestra Señora de La Consolación provenientes de España, a quienes el general Gómez les abrió las puertas para que sentaran las bases de su misión en esta ciudad, el 5 de marzo de 1925.
Por este motivo, durante toda la semana se han estado realizando actividades culturales, religiosas y académicas, reflejando el compromiso del colegio con la excelencia educativa y el desarrollo integral de sus estudiantes.
Este jueves se llevó a cabo una eucaristía presidida por el monseñor Enrique Parravano, obispo de Maracay, en acción de gracias por cumplir un año más formando jóvenes en valores cristianos.
SEMANA DE ACTIVIDADES
En este sentido, Luz María De Cián, directora de este colegio, detalló que el cierre de estas actividades este viernes con la realización de los juegos intercursos, además de actos culturales.
«El legado de María Rosa Mola es educar en ciencia y virtud y hoy más que nunca seguimos ese ejemplo de formación integral humano cristiano y como muestra de esto, tenemos una matrícula de 945 estudiantes desde el segundo nivel hasta sexto año, que salen de aquí como Técnicos en Laboratorio Clínico o de Informática», explicó De Cián.
Por otra parte, la directora acotó que próximamente, en el mes de abril, el centro en Margarita cumplirá 100 años y estos serían el centenario de la llegada de las hermanas de Nuestra Señora de La Consolación a Venezuela.
Por su parte, la hermana Carmen Aloys Fermín aseguró que aunque ya no se dedica a dar clases, recuerda con alegría sus días en Maracay. «He recorrido tantos colegios y tantos países, puedo decir que la personalidad de los alumnos y profesores de Maracay está muy identificada con el carisma de La Consolación: amabilidad, calidez, acogida, cuidando el uno del otro», expresó.
AMOR Y SENCILLEZ
En la actualidad, Aloys visita este colegio de vez en cuando para brindar con su amor y sencillez acompañamiento al personal administrativo, obrero y alumnos y con motivo de esta celebración les dio un mensaje muy emotivo.
«El mensaje de que nos tenemos que reconocer como somos, con nuestros defectos y con nuestras cualidades, pero fijándonos más en nuestras cualidades, para potenciarlas y para ser mejores cada vez. Cuidarnos a nosotros mismos para servir a los otros y también cuidar a los demás, porque somos hermanos constructores de este mundo», precisó la hermana.
monseñor Enrique Parravano, quien ofició la misa por este aniversario, expresó su alegría por poder compartir con esta institución y con las hermanas de La Consolación los 95 años de la fundación.
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«Hermanas generosas que asumieron dejar su tierra y sus costumbres para hacerse venezolanas y traer a estas tierras la semilla del evangelio y ayudarnos a través de la educación a valorar la vida, a seguir adelante y dar lo mejor de cada uno para que el reino de Dios se pueda implantar entre nosotros», señaló el obispo.
Asimismo, afirmó que es muy importante que todavía existan instituciones católicas que puedan educar en valores a la vida cristiana, «a vivir la fe en esta realidad que nos toca en cada lugar donde nos encontramos».
CHIQUINQUIRÁ RIVERO | elsiglo
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