El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, insistió este viernes en Munich (Alemania) en que su país no tiene intención de deportar a los palestinos de Gaza en un momento en el que han aumentado las presiones internacionales para evitar que el Ejército de Israel lance una ofensiva terrestre contra la ciudad de Rafah, situada en la frontera con Egipto.
Asimismo, las declaraciones de Katz coinciden con el aumento del rechazo internacional a los planes de Israel de continuar sus ataques contra Rafah, donde viven 1,4 millones de palestinos.
El secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó hoy mismo en su discurso de inauguración de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que la situación en Gaza es «una muestra terrible» del estancamiento de las relaciones globales, y advirtió de nuevo que una ofensiva militar terrestre del Ejército israelí en Rafah es devastante para los gazatíes desplazados.
«Una ofensiva total contra la ciudad sería devastadora para los civiles palestinos que ya están al borde de la supervivencia», señaló el portugués.
Del mismo modo, durante su intervención en el marco de la Conferencia, Katz también volvió a cargar contra la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) asegurando que «no hay lugar» para ella en Gaza, porque «la organización sirve como brazo de la organización terrorista Hamás».
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Más declaraciones del Ministro Israelí sobre Gaza
Asimismo, Israel ha reduplicado su campaña contra la UNRWA en las últimas semanas y ha denunciado, por un lado, que varios de sus trabajadores supuestamente tienen vínculos con el grupo Hamás y participaron en el ataque del grupo islamista contra Israel en el que murieron 1.200 personas y, por otro lado, que Hamás utilizó la sede central de la Agencia de la ONU en Gaza, bajo la que construyó un túnel.
«No hay lugar para la UNRWA en Gaza. La UNRWA es el problema, no la solución. La UNRWA sirve como brazo de la organización terrorista Hamás. 12 empleados de la UNRWA estuvieron involucrados en el ataque del 7 de octubre y en el asesinato y secuestro de israelíes», dijo hoy Katz, que pidió la dimisión inmediata del jefe de la organización, Philip Lazzarini.
Lazzarini aseguró el martes que desmantelar esta organización con 75 años de historia, traería «dolor y miseria» en Cisjordania y Gaza.
«El impacto no sería únicamente a corto plazo, además debilitaría nuestra habilidad colectiva para responder a la crisis humanitaria», dijo.
Israel y sus relaciones exteriores
La acusación de Israel contra varios miembros de la UNRWA de participar en los ataques de Hamás del 7 de octubre, llevó a la ONU a ordenar una investigación y motivó que 18 países -entre ellos EE.UU., Japón, Alemania y Francia- anunciaran la suspensión de sus aportes a la agencia.
Asimismo, sobre la supuesta utilización de Hamás de las instalaciones de la ONU Lazzarini dijo el martes que «una vez termine la guerra, necesitamos establecer un comité de investigación, pero también tenemos que investigar el flagrante desprecio a las instalaciones de la ONU desde el inicio del conflicto, ya que más de 150 de se atacaron».
Por otra marte, el ministro israelí pidió a la comunidad internacional que presionara a Irán y a Hizbulá para que se retire del sur de Líbano, donde el grupo chií libanés lleva enzarzado con Israel en un intercambio de fuego desde el pasado 8 de octubre.
EFE
MG