Apagones ponen en jaque a comerciantes aragüeños

La crisis eléctrica que ha tenido Venezuela en los últimos años dejando pérdidas, pero sobre todo afectando la calidad de vida de los venezolanos, al parecer llegó para quedarse.


Muchos de los comerciantes del estado Aragua le han pedido al Gobierno garantías para continuar sus actividades, una de ellas un cronograma de racionamiento que les permita planificar sus actividades, de esta forma poder prepararse para brindar una mejor atención al público.


De igual forma, resguardar sus equipos e insumos, ya que en muchos casos, las pérdidas significan el cierre del negocio.


Señalaron los empresarios que en ningún caso han recibido una respuesta oportuna y efectiva sobre las horas de racionamiento a las que se han visto sometidos en los últimos días; aunque no hay un cronograma de cortes planificados, muchos consideran que esto que se está viviendo en materia eléctrica es un racionamiento disimulado.

CASI TODOS LOS DÍAS


Una de las zonas comerciales que ha venido floreciendo en los últimos años, es la que se ha establecido en la avenida principal del barrio 23 de Enero en la ciudad de Maracay, allí múltiples negocios han surgido para abastecer a una población exigente y que les permite realizar sus compras sin la necesidad de trasladarse al centro de la ciudad.


Para Yamil Caballero, encargada de una distribuidora de pan, esta situación ha venido empeorando en los últimos días, “ya no sabemos qué días se va a ir, hay semanas en la que se va todas las mañanas, la siguiente semana se va por cuatro o cinco horas en la tarde, es un completo desorden y una falta de respeto”, especificó la comerciante.


A juicio de Caballero, las ventas se han visto afectadas, aunque han podido contar con los puntos inalámbricos; sin embargo, estos se descontrolan o se quedan sin línea, convirtiéndose una pesadilla para el cliente que trata de pasar la tarjeta en varias ocasiones, “al final lo que hacemos es perder tiempo y el cliente se va molesto y sin la mercancía”, expresó.

MERMA EN LOS ALIMENTOS


Para José Ramón Velásquez, expendedor de embutidos y productos lácteos, esta situación los ha venido perjudicando con respecto a los productos, “cada vez que se va la luz son cuatro o cinco horas, afectando la composición de los alimentos, produciendo una merma en los quesos, esto ha traído una pérdida eminente en la calidad y por supuesto en los ingresos del negocio”, relató Velásquez.

Se refirió el vendedor, que en muchos casos las pérdidas no le permiten ponerse al día con los proveedores y esto se refleja en muchas oportunidades en la poca mercancía que se oferta en el establecimiento.


“Hay oportunidades en que no se ha podido vender lo planificado, esto nos ha traído inconvenientes, en cuanto al mantenimiento de nuestro capital de trabajo, esperamos que esta situación se solvente progresivamente, sin embargo, no vemos una voluntad de trabajo para su solución”, explicó.

GRACIAS A LOS PROTECTORES


María Medina, vendedora de alimentos refrigerados, explicó que esta situación los tiene con el rosario en la mano, “cada vez que se va la luz tenemos que resguardar las neveras, revisar los protectores, pero sobre todo tratar de mantener la refrigeración para que no se dañen los alimentos, ya que no vendemos productos congelados”, señaló Medina.


Se refirió la comerciante a que ya en tres oportunidades se le han quemado los protectores de corriente, “menos mal que son los protectores y no una nevera, porque no tendríamos como reponerla a corto plazo”.


De igual forma, señaló que los puntos inalámbricos y en muchos caos los pago móvil fallan durante el tiempo que no hay servicio eléctrico. Además, surge el problema del uso de los equipos electrónicos como pesos o rebanadoras, y de esta forma no se puede prestar un servicio de calidad.

CORPOELEC NO SE PRONUNCIA


Con respecto al daño de los equipos, Yamil Caballero expresó que en la panadería se han quemado dos neveras y en su momento la estatal eléctrica no les dio ninguna respuesta, por esta razón ya no se molestan en acudir a solicitar el pago de los equipos. “Esperamos es que progresivamente el servicio comience a mejorar y podamos trabajar con más tranquilidad, sin la presión de estar apagando o desconectando los equipos”, explicó.

Hasta cinco horas dura el racionamiento en el sector 23 de Enero, según lo que expresaron los comerciantes, de esta forma es imposible que florezca la actividad comercial en un país.

MAURICIO BOLÍVAR | elsiglo
fotos | JHONNY GARCÍA (pasante)