Las tribunas del estadio de La Pedrera fueron testigo silente del desarrollo de unos de los jugadores más impactantes del béisbol venezolano y de las Grandes Ligas.
José Miguel Cabrera Torres saltaba la pared del fondo de su casa y aterrizaba en el campo que lo vio formarse, hoy a más de 30 años de esos momentos, el muchacho de La Pedrera escribe en cada batazo una nueva historia de este deporte.
“Todos los que vivimos aquí lo conocimos desde pequeño, lo vimos jugar béisbol y baloncesto, también lo vimos en la cancha y haciendo muchas travesuras”, así lo expresó Richard Estrada, encargado del estadio La Pedrera.
Estamos esperando que lleguen los 3 mil hits, nunca creímos que Miguel se iba a convertir en ese pelotero impactante, aunque desde pequeño tenía destreza, lo que ha logrado se escapa de cualquier proyección que pueda tener un jugador.
A juicio de Estrada, Cabrera se formó gracias al apoyo de su familia, “todos en esta familia son peloteros, los primeros pasos que dio fue en el equipo de su tío David, además su papá y su mamá siempre estuvieron con él para orientarlo”.
SUPESTRELLA DE LA PEDRERA
La fortaleza de su juego es el bateo, Estrada explicó que los primeros pasos del chamo fueron bajo la tutela de su tío David, pero la habilidad y destreza por el juego viene en la genética de su mamá, “en la familia Torres todos son jugadores, sus tíos jugaron con Lara y los Tigres, y sus tías todas han sido parte de equipos de softball”.
SU FIRMA UNA FIESTA
Recordó Estrada que el día que firmó Miguel, la gente de La Pedrera festejó a lo grande, ya que Miguel era muy conocido y ya había rumores de un bono millonario, sin embargo, la emoción era por su firma.
A juicio de Estrada, pasarán más de 100 años para volver a ver un jugador que reúna las condiciones y genere impacto en el juego como lo ha hecho Miguel. “Hoy por hoy hay mucho talento en Venezuela, pero nadie se acerca o se asemeja a la dedicación de Miguel, que es lo que lo ha convertido en un jugador de renombre”, señaló.
