Las autoridades italianas arrestaron hoy en el aeropuerto romano de Ciampino a dos prófugos de la Justicia, que se habían ido a vivir a Venezuela y que estaban condenados por delitos de blanqueo de capitales y tráfico internacional de estupefacientes.
La Policía italiana informó hoy en un comunicado que los detenidos son Roberto Vivaldi, de 69 años y condenado a más de veinte años de prisión por bancarrota fraudulenta, blanqueo de dinero y falsificación material; y Flavio Febi;m de 32 años y con una orden de prisión preventiva por tráfico de estupefacientes.
Los dos fueron localizados en la Isla de Margarita, en el mar Caribe, y llegaron este domingo al aeropuerto romano, extraditados de Venezuela.
Detenidos y su estadía en Venezuela
Vivaldi había estado prófugo desde 1997 y se había mudado a Venezuela, donde vivía bajo un nombre falso y era vendedor de artículos musicales y vinilos.
El hombre fue identificado por un agente secreto que concertó una cita con él haciéndole creer que quería emprender en la isla un negocio turístico.
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Febi había sido detenido por agentes de la Interpol venezolana en marzo pasado, también en Isla de Margarita.
Sobre él pesaba una orden de prisión preventiva dictada en 2017 por la Justicia italiana; después de que se descubriera que facilitaba cocaína a un grupo criminal en Turín, que transportaba en botellas de ron importadas de Venezuela.
Febi será llevado a la prisión “Regina Coeli” en Roma y luego será puesto en la disposición de la Autoridad Judicial de Turín.
La INTERPOL y las extradiciones
Los fugitivos son delincuentes que escapan de la justicia y, como tales; suponen un serio peligro para la seguridad pública mundial.
Son personas en movimiento a menudo, viajan de uno a otro país utilizando documentos robados o falsos y oportunistas, y suelen sufragar su continua huida de la justicia con otras actividades delictivas.
Una de las funciones principales de INTERPOL desde el momento de su creación ha sido promover el intercambio de información sobre fugitivos y llevarlos ante la justicia en el país en el que cometieron un delito.
Este cometido es, si cabe; más importante en el mundo de hoy, donde viajar es muy sencillo y cometer delitos a escala transfronteriza no presenta muchas dificultades
