La lucha contra los gusanos confirió a los Stradivarius su sonido único

 El uso de sustancias químicas impregnadas en la madera para evitar el ataque de gusanos confirió su sonido único a los violines de Antonio Stradivari o Guarneri del Gesú, quienes emplearon, según se ha identificado por primera vez, sal de boro, zinc, cobre o alumbre.

Una investigación liderada por la Universidad Nacional de Taiwán ha respaldado la teoría formulada hace más de cuatro décadas por el profesor emérito de bioquímica de la Universidad de Texas A&M Joseph Nagyvary.

Los instrumentos que lutieres como Stradivari o Giuseppe Antonio Guarneri crearon en la Cremona (Italia) de los siglos XVII y XVIII contaban con una fina artesanía, pero su otro secreto eran los químicos usados para bañar la madera, que hasta hoy no se habían identificado.

“Toda mi investigación a lo largo de muchos años se ha basado en la suposición de que la madera de los grandes maestros se sometía a un tratamiento químico agresivo, y esto tenía un papel directo en la creación del gran sonido de los Stradivarus y los Guarneri”, señaló Nagyvary en una nota de su universidad comentando los resultados del nuevo estudio.

El equipo dirigido por el químico Hwan-Ching Tai, que publica sus resultados en Angewandte Chemie, identificó, por primera vez algunos de esos compuestos, como la sal de boro, el zinc, el cobre y el alumbre, junto con agua de cal.

El objetivo era impedir los efectos en la madera de las infestaciones de gusanos, muy extendidas en aquella época, explicó Nagyvary, quien consideró que probablemente cada fabricante usaba su propio método, al que “podrían haber atribuido una importancia considerable”, y que se mantuvieron en secreto.

Los luiteres pudieron darse cuenta -explicó el profesor emérito de bioquímica- de que las sales especiales que utilizaban para impregnar la madera también “le conferían una beneficiosa resistencia mecánica y ventajas acústicas”.

Los productos químicos se usaban en toda la madera, no solo en solo en la superficie, lo que afectaba directamente a la calidad del sonido, según descubrió el equipo de investigadores.

El proceso de tratamiento de las tablas de abeto frescas y su elaboración con diversos tratamientos químicos a base de agua es fundamental para el sonido del violín acabado.

Nagyvary estimó que hay que seguir investigando para aclarar otros detalles sobre el sonido de los violines más famosos de la historia, entre ellos, cómo los productos químicos y la madera producen una calidad tonal prístina.

EFE