Maruja Michenlageli: El discurso sobre el gesto pictórico es esencial en sus piezas

Maruja Michenlageli es una artista que ha desarrollo toda su obra en nuestra región aragüeña. Egresada de la Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios de Maracay y formada en la Universidad Simón Rodríguez, en la disciplina del grabado.

El carácter expresivo de la obra de Maruja Michelangeli desde el plano pictórico.

LA OBRA Y SU CONTENIDO

El carácter expresivo de la obra de Maruja Michelangeli desde el plano pictórico, es el fruto de una experiencia y un diálogo entre la obra y la artista, es una propuesta enérgica y gestual con superficies llenas de color, con manchas y gestos dominantes, como un campo abierto sin límites; con una paleta sólida, pues no se aprecian otras posibilidades cromáticas.

El gesto y su lenguaje en la pintura y la paleta que utiliza para el tratamiento de sus piezas son: rojo, ocres, amarillo, azul, verde y negro. Todo ello representado en pinturas utilizando el papel y las telas de medianos y grandes formatos, que le permitan combinar una variedad infinita con su paleta vibrante, ella entiende la creación artística como un ritual, desarrollando cada obra y logrando desatar sus estados de ánimo.

Le incorpora finas capas de materia a sus piezas, las cuales están ordenadas en varios campos de color muy expresivos; en ellas utiliza el papel como soporte y al estar culminada las enmarca en una línea muy delgada con lápiz grafito.
Maruja logra sumergir al espectador en su interior y los hace partícipe de una experiencia mística. El color, más que la forma, es un elemento fundamental en la obra de esta destacada artista.

Su discurso sobre el gesto pictórico es esencial en cada pieza que construye Michelangeli, la pintora mueve y desliza el pincel por la superficie del cuadro, como el registro que éste deja en el lienzo. Así, podemos hablar de una creadora con una gestualidad vigorosa y potente que logra depositar la pintura en la tela con una maestría inusual.

Vinculada al expresionismo abstracto, la artista utiliza una paleta cargada de colores con un gesto pictórico como una pulsión vital que surge del interior y cuya extensión es la mano como una expresión pura, asumiendo las claves de un lenguaje no descriptivo en el que entran en juego las percepciones y emociones de la artista y mediante la que trata de buscar equivalentes visuales para propuestas intangibles.

Maruja Michelangeli en su obra intenta desnudar apariencias para alcanzar la esencia, de hacer visible lo invisible, en una investigación visual que nos muestra una gran madurez y excelente trabajo, digno de una gran artista.
Actualmente esta importante artista del estado Aragua está concentrada en la investigación visual de su obra, conformando una propuesta de una rigurosidad conceptual y de muy alta calidad estética por lo que decidimos entrevistarla para la página Arte y Ciudad del diario elsiglo.

UNA ENTREVISTA

YRG: ¿Cómo llegas a las artes y cuándo empieza ese manoseo en la pintura?

MM: Empecé a pintar antes de ingresar como estudiante a la escuela de arte, ya en ese tiempo abordaba el paisaje y flores, entre otros, luego me enamoré del dibujo, y allí sentí la necesidad de adquirir conocimientos más formales dentro del área de las artes.

YRG: Eres egresada de la Escuela de Arte Rafael Monasterio de Maracay: ¿Qué significó para ti esa formación y qué docente recuerdas con más emoción de todos aquellos que te dieron luces en la otrora “Gran Escuela de Arte” de nuestra Ciudad?

MM: Fue una experiencia maravillosa, cuatro años intensos de una buena enseñanza, con profesores de la Escuela de Caracas, Valencia y de Aragua, que recuerdo con cariño. Luis Lizardo, Jorge Estrada, Gabriel Marcos, Nelson Sarabia y Asdrúbal Figuera, solo por nombrar algunos de los excelentes artistas/docentes que influyeron en mi formación como artista.

YRG: Estás formada también en el grabado: ¿Qué técnica de esa escuela te atrapo más?

MM: Una de las técnicas que más trabajé fue la colografía o cartonaje, una técnica muy reciente dentro de las artes gráficas.

YRG: Al visitar tu taller recientemente pude apreciar un cambio de tus pinturas del inicio a esta nueva propuesta: ¿Cuál es esa búsqueda?

MM: En el trabajo constante siempre surgen cambios, eso es “evolución”, decía Brancusi: “Las cosas no son difíciles de hacer, lo difícil es ponernos en disposición de hacerlas”.

YRG: Armando Reverán decía: “Cada hora es de un color distinto, y uno siente el paso de una a la otra”. Desde esa definición tan mágica, puedes tú apreciar en ese cambio de una hora a la otra; el juego de luces y sombras a través de las hojas de los árboles, disfrutar de los matices pintados en el cielo al amanecer o al atardecer.

MM: Necesito silencio, solo con mi obra y mis colores.

YRG: Observando tus piezas puedo visualizar una obra vigorosa y con mucha luz, de vegetación, de belleza. ¿Cómo surge la presencia de la naturaleza en tus trabajos?

MM: En mi trabajo, la presencia de la naturaleza está implícita en los colores, los verdes, ocres, amarillos, el azul del cielo y el mar, de allí surgen esos paisajes informalistas.

YRG: ¿Es tú trabajo como una síntesis de una perspectiva que te apasiona, es ese punto en el que se concreta el maravilloso toque de magia de la vida en una imagen?

MM: La síntesis que me apasiona y que da vida a mi obra o a una imagen es el color, es la luz, es la fuerza que se transforma en naturaleza.

YRG: Háblame de tu preferencia por el papel como soporte en tus piezas en los últimos tiempos: ¿Es comodidad por el espacio y el formato, o es un gusto por la riqueza del material?

MM: El Papel es el soporte con el cual más me identifico, es un material muy noble, y además es fácil de almacenar cuando tienes un espacio reducido, y también para transportar a otros lugares fuera de nuestras fronteras.

YRG: ¿Te has planteado abordar lo digital en tu investigación visual?

MM: La verdad no lo he intentado, creo que no me llama mucho la atención.

YRG: Maruja, en tus piezas subyacen elementos extrapictóricos como una maya incorporada, pero que luego es intervenida con la paleta: ¿Qué efectos quieres proponer en la obra al dejar esas texturas?

MM: En mi obra siempre han existido las texturas como medio de expresión, en los últimos trabajos lo incorporo con menos frecuencia, pero siempre están presentes.

YRG: Manejas varios formatos en tus piezas, desde los más grandes hasta los medianos, inclusive los pequeños: ¿Eso ocurre al azar o es más placentero para ti?

MM: Me gusta trabajar con diversos formatos en el papel, en las telas prefiero los medianos y los grandes.

YRG: Trabajas en un taller acondicionado en tú espacio de hábitat, por cierto, súper agradable y con una visual muy hermosa: ¿Cómo te desenvuelves en ese lugar al momento de abordar telas grandes?

MM: Se me hace un poco difícil cuando son formatos grandes, en ese caso, no uso el caballete, coloco la tela directo al piso o sobre alguna mesa que me sirva de base.

YRG: ¿Pintas de noche o de día, o al momento que llegue la inspiración, como decía Picasso?

MM: Pinto de día, en la noche duermo. (risas)

YRG: Si la magia de las artes está en la libertad que tienes para experimentar: ¿Qué te gustaría explorar más adelante en tu obra tan gestual y con esa paleta tan vibrante, dentro del mismo nuevo paisaje?

MM: Cuando esa magia llegue, te aviso, no me lo he planteado aún.

YRG: ¿Hay algún lazo común en tu obra? ¿Algo por lo que desees identificarla?

MM: Sí, sobre todo la obra que realizo en papel, siempre la enmarco en lápiz de grafito.

YRG: ¿Quiénes han sido tus artistas de referencia? ¿A quién admiras y sigues?

MM: Son muchos, te nombraré algunos: Jacobo Borges, Luisa Richter, Reverón, Vicent Van Gogh y Frida Kahlo.

YRG: ¿Cómo ves el mundo artístico en Venezuela? ¿Crees que hay oportunidades para la creación?

MM: El mundo artístico en Venezuela, a todo nivel, dejó de existir, en lo que se refiere a las artes plásticas la mayoría de los artistas se han ido del país buscando nuevos horizontes, solo hay espacio para la mediocridad, esa es la Venezuela de hoy.

YRG: ¿Cuál es tu idea sobre la belleza en el arte?

MM: La belleza en el arte es muy subjetiva, porque en la fealdad también hay belleza, todo depende de cómo lo mires.

YRG: ¿Qué crees tú que habría que hacer para estimular al arte en una sociedad tan desesperanzada y distanciada como la nuestra?

MM: “Educar”, pero en estos momentos de tanta desesperanza, hambre, inseguridad y pare de contar, veo un panorama muy triste. Para estimular a la sociedad en el arte se requiere, primero, cubrir otras necesidades que son prioridad para las personas.

YRG: ¿Qué color atesoras más en tu palea a la hora de decidirte a lanzar ese tono en la tela o en el papel de tu obra tan cromática?

MM: Los ocres, amarillos, azules, rojos y verdes.

YRG: Vives en Maracay. ¿Has vertido esa maravillosa luz que nos baña diariamente en tus piezas?

MM: No soy aragüeña, pero amo a Maracay, aquí nacieron mis hijos y me formé como artista visual, en mis trabajos reflejo ese sol, ese hermoso Parque Henrry Pitier y el reluciente verdor de sus montañas.

YRG: ¿Crees que el arte debe representar los conflictos sociales o debe mantenerse al margen?

MM: En mi caso, prefiero mantenerme al margen, en lo que se refiere a mi trabajo.

YRG: ¿Qué le debes a Maracay?

MM: Mi formación como artista visual.

YRG: Gracias por recibirme en tu residencia para platicar amenamente y poder hacer esta grata entrevista: ¿Deseas agregar algo más?

MM: Gracias a ti, fue muy ameno y cordial nuestro encuentro y la entrevista, fue un placer para mí haber compartido contigo.

YDELISA RINCÓN GONZÁLEZ | elsiglo