Los nombres pueden influir en tu personalidad

Distintos factores pueden afectar la personalidad de las personas durante su crecimiento, uno de ellos puede ser la el cariño de sus padres y seres más cercanos, al igual que su generosidad y agresividad, pero también el nombre que nos dieron.

Sin embargo, el nombre que nos otorgaron puede que pase desapercibido muchas veces, pero también se incluye entre estos factores que pueden afectarnos o favorecernos durante nuestra vida.

Los padres muchas veces no toman en cuenta en que la elección del nombre que hacen sobre sus hijos podría influir en la forma en que los demás lo verán y, en última instancia, en el tipo de persona en la que se convertirá ese hijo.

David Zhu, psicólogo de la Universidad de Arizona explicó que “debido a que un nombre se usa para identificar a un individuo y comunicarse con él a diario, sirve como la base misma de la propia concepción de uno mismo, especialmente en relación con los demás”.

Las experiencias formativas juegan un papel muy importante, al igual que las personas con las que se pasa el tiempo y, en última instancia, los roles que se asumen en la vida, ya sea en el trabajo o en la familia.

Por eso la BBC explica cuatro puntos que debemos entender sobre nuestros nombres y la personalidad:

  • La influencia de los nombres

Nuestros nombres pueden revelar detalles sobre nuestra etnia u otros aspectos de nuestro origen, lo que en un mundo de prejuicios sociales conlleva consecuencias inevitables.

Por ejemplo, una investigación estadounidense realizada a raíz de los ataques del 11 de septiembre encontró que una persona tiene un nombre que suene árabe tenía menos probabilidades de concretar una entrevista de trabajo que alguien con un nombre que suena a una persona blanca.

Esto es injusto en muchos niveles, particularmente porque los nombres resultan ser un indicador poco confiable de nuestro origen.

Las consecuencias no deben tomarse a la ligera, pero no es ahí donde termina la influencia de los nombres.

Incluso dentro de una sola cultura, los nombres pueden ser comunes o raros, pueden tener ciertas connotaciones positivas o negativas en términos de su significado, y pueden verse como atractivos o pasados de moda y desagradables (aunque esas opiniones pueden cambiar con el tiempo con las modas también).

  • Los nombres que no nos gustan

A su vez, estas características de nuestros nombres afectan inevitablemente cómo nos tratan los demás y cómo nos sentimos con nosotros mismos.

Un estudio de la década de 2000 dirigido por el psicólogo estadounidense Jean Twenge descubrió que las personas a las que no les gustaba su propio nombre tendían a tener una adaptación psicológica más deficiente.

Esto probablemente se debió a que su falta de confianza y autoestima hizo que no les gustara su nombre. O que el hecho de que no les gustara contribuyese a su falta de confianza: “El nombre se convierte en un símbolo del yo”, escribieron los investigadores.

En términos de cómo los nombres afectan la forma en que otros nos tratan, un estudio alemán publicado en 2011 les preguntó a los usuarios de un sitio de citas si querían que sus posibles encuentros fueran analizados en función de los nombres involucrados.

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