Día Internacional del Trabajador Doméstico

Cuando pensamos en trabajo el primer pensamiento que llega a nuestra mente es referida a aquellos valorados por un título universitario que conlleva esfuerzo, dedicación y muchas horas de estudios. Sin embargo, todo va de la mano de sacrificio y dificultad; es por esta razón que hoy 22 de julio conmemoramos el Día Internacional del Trabajador Doméstico, con el fin de reconocer el arduo trabajo que realizan las personas en los hogares.

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Foto: Archivo

La fecha se instituyó oficialmente, durante el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en 1983, con el objetivo de reconocer el trabajo no remunerado que realizan principalmente las mujeres en sus hogares.

En el año 2011 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobó el Convenio 189, que establece que una empleada/o doméstica/o es “toda persona, de género femenino o masculino, que realiza un trabajo doméstico en el marco de una relación de trabajo”.

Históricamente, estas labores se han asignado a las mujeres y el trabajo para el mercado a los hombres, lo cual las pone a ellas en una clara desventaja, tanto para incorporarse como para desarrollarse en un empleo o para hacerse cargo de un negocio. Desde hace varias décadas, las mujeres han aumentado su participación en la vida económica del país de manera constante, sin embargo este hecho no se ha traducido en un incremento equivalente en la proporción de hombres que participan en las tareas del hogar.

Incluso si la mujer forma parte de una pareja en la que ambos miembros cuentan con un trabajo remunerado, ella sigue haciéndose cargo de la mayor parte de las tareas domésticas, lo cual le impone limitaciones a la hora de competir en términos de igualdad en el mercado de trabajo. Para muchas mujeres, la exigencia de tener que asumir ambas tareas de manera sincrónica y cotidiana significa tener una doble jornada laboral por la cual reciben un solo salario.

No obstante, hoy en día el trabajo doméstico es una fuente importante de empleo remunerado para las mujeres, y las trabajadoras del hogar representan una de las principales fuerzas de trabajo femenina asalariada en todo el mundo. Las trabajadoras del hogar hacen contribuciones importantes al funcionamiento de los hogares y de los mercados laborales. Sin embargo, son a menudo excluidas de la protección social y laboral al encuadrarse la actividad en un mercado de trabajo informal, favoreciendo a su infravaloración su alta feminización.

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