Por confusión habrían asesinado al profesor en La Morita

De acuerdo a las primeras investigaciones del caso, se permite informar de manera extraoficial que el homicidio cometido contra el profesor de física, locutor y comerciante, hecho ocurrido este lunes a las 10:30 de la mañana en la calle Alberto Carnevalli en La Morita del municipio Francisco Linares Alcántara, se orientaría a un acto de confusión.

La Morita

Flor Arnal, esposa de la víctima, ofreció declaraciones a los periodistas

Se comentó que Gerardo Enrique Algelvis Izquierdo, quien residía en La Victoria del municipio Ribas, necesitaba comprar unos repuestos para reparar un vehículo de la familia.

Para hacer más fácil su desplazamiento a los sitios donde requería comprarlos, una persona, actuando gentilmente, le prestó un automóvil y así realizó las diligencias pertinentes del caso.
Cuando se promediaban las 10:30 de la mañana, Algelvis, quien egresó como docente del Pedagógico de Maracay y daba clases en un liceo en la cátedra de física pura, se acercó a la calle Carnevalli.

Luego se bajó del vehículo, caminó varios metros en dirección al taller mecánico y de pronto le salieron al paso dos hombres que presuntamente se encontraban ocultos en un sitio aún sin precisarse mayores detalles e inmediatamente abrieron fuego contra la humanidad del profesor, quien hace un año abandonó la docencia ante la situación país y se dedicó a comercializar pollos.

La trayectoria de los proyectiles le causaron su muerte inmediatamente y su cuerpo quedó tendido frente al taller, mientras que los homicidas huían del lugar como ratas infernales, informaron a los representantes de los medios de comunicación social.

Hay la firme sospecha de que los antisociales buscaban al dueño de la unidad automotora con la intención de saldar cuentas pendientes y en una situación equívoca, asesinaron al profesional del micrófono, quien en sus ratos libres, laboraba en una emisora radial en La Victoria.

Se dijo que lo habrían confundido con el propietario. Sin embargo, la hipótesis no se maneja como cierta sino bajo el manto de la presunción y mientras no se demuestre lo contrario, todas las versiones son investigadas hasta llegar a la verdad de los hechos.

Lo cierto del caso es que Gerardo no tuvo cuentas pendientes con la justicia y toda su vida se dedicó a enseñar a las futuras generaciones de hombres y mujeres, trabajar en el mundo de la radio y ejercer las funciones de comerciante.

Fue una persona que no le prestó atención a los títulos para ejercer otras obligaciones diarias de cómo ganarse la vida de manera honrada para mantener a su hija, según lo describieron sus amigos y quienes lo conocieron de cerca.

Por su parte, Flor Arnal, su esposa, se mostró muy consternada ante los hechos, manifestando lo siguiente: “No sé cuáles fueron las causas o motivos de su muerte”.

“Mi esposo y yo, trabajamos muy duro para salir hacia delante, y ese día, cuando lo mataron, se acercó al taller mecánico a llevar unos repuestos para reparar el carro de la familia”, comentó.

La ciudadana manifestó que en el Cicpc le tomaron las declaraciones, pero no sabe como avanzan las investigaciones, y espera que ese caso no vaya a quedar impune.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
foto | RAFAEL SALGUERO