Las autoridades chinas han decidido que no se podrán velar ni enterrar aquellas personas que hayan muerto producto del coronavirus que acecha a gran parte de su población. En efecto, la Comisión Nacional de Salud, decidió que los restos de los fallecidos infectados por el virus deben ser incinerados en una funeraria designada y cerca de donde están.
Además, no se pueden transportar entre diferentes regiones y no se preservaran por entierro u otros medios.
Asimismo, las tradiciones funerarias como una ceremonia de despedida están prohibidas y los cuerpos se desinfectaran y colocaran en una bolsa sellada por trabajadores médicos y no se podrán abrir después.
Por consiguiente, los centros funerarios deben enviar personal y vehículos especiales para transportar los cuerpos.
Efectivamente, los restos se incineraran en los crematorios designados, destaca la directriz.
Más de 50 millones de personas en la provincia de Hubei, donde se detectó el virus por primera vez, están efectivamente bloqueadas después de que las autoridades cortaran los enlaces de transporte.
Del mismo modo, los funcionarios de Hubei anunciaron el sábado que suspenderán todos los registros de matrimonio a partir del lunes hasta nuevo aviso.
Según los últimos datos, el número de fallecidos se elevó este domingo hasta los 305 (46 más que el sábado).
Mientras, la cifra de infectados por esa enfermedad en territorio chino se situó en 14.380 (2.590 más que la víspera).
