Williamina Fleming : ¿Imaginas ser astronomo por accidente?

En 1880, el director del Observatorio Astronómico de Harvard, para aquel entonces Edward Charles Pickering estaba tan frustrado con su equipo que a menudo decía “¡Mi sirvienta escocesa lo haría mil veces mejor!”. Consecutivamente lo logró, y lo hizo. El director contrató a su sirvienta, Williamina Fleming, que se convirtió en directora de equipo durante décadas, clasificó decenas de estrellas y descubrió la nebulosa Cabeza de Caballo en la Constelación de Orión

Williamina Fleming laborando

En 1879, Williamina Paton Stevens Fleming tenía 23 años y estaba embarazada y sola en Boston, lejos de su Escocia natal y abandonada por su marido tan solo dos años después de casarse. Las cosas no pintaban nada bien para ella: no tenía un sitio donde vivir, no tenía dinero y se enfrentaba a la perspectiva de ser madre soltera en un país extranjero para ella.

Así que se afanó en buscar trabajo, y lo encontró. Se presentó para un puesto de sirvienta y ama de llaves en el Harvard College Observatory. Probablemente aquello supuso un golpe para su orgullo: Williamina llevaba años trabajando como profesora, y pasar de ahí a limpiar el polvo no debió ser fácil. Pero la necesidad apremiaba y ella necesitaba un sueldo.

Lo que Williamina no sabía entonces es que este fue el primer paso de una exitosa carrera como astrónoma que la llevaría a catalogar más de 10.000 estrellas y a descubrir otras 300 además de novas, nebulosas, enanas blancas y otros tipos de cuerpos celestes. Cuando el telescopio espacial Hubble nos mostró por primera vez imágenes de la peculiar Nebulosa de Cabeza de Caballo, hubo que reconocer que Williamina ya la había descrito al detalle décadas antes.

Pero en 1879 nada de todo esto estaba en la mente de esta inmigrante escocesa. En ese año, entrar a trabajar en el observatorio fue un acto de necesidad. Por entonces, el director del observatorio, Edward Pickering, tenía a un equipo de “computadoras humanas” que se dedicaban a analizar imágenes rudimentarias captadas con los telescopios de Harvard y de otros centros para calcular el brillo de las estrellas y tratar de calcular su posición.