Tal como todos los precios de los productos alimenticios de la cesta básica, los cuales han y siguen experimentando un alza constante en su valor de acuerdo a la arremetida criminal del dólar, el arroz hasta el momento de esta edición costaba 43 mil bolívares el kilo en algunos locales comerciales.
Sin embargo, debido a la inestabilidad reinante de los precios, hay también otros comercios que llegan a ofrecer el arroz hasta en 50 mil bolívares y en el caso de la mayoría de comerciantes es habitual escuchar la típica frase «cuesta eso por ahora», lo que claramente es una señal de que seguirá subiendo.
En este sentido, Mercedes y Margarita Muñoz, unas hermanas a las que consultamos no expresaron su preocupación ante una situación que a juicio de ambas, «es mucho más terrible que lo ya se ha vivido».
Mercedes dijo, «esto cada vez está peor, y quizás pudimos haber pensado que la cosa como que ya estaba pasando, pero con este aumento desmedido de todo, porque es todo, no es solamente el arroz, son todos los productos, la cosa está peor que antes».
Por su parte, Margarita nos dijo, «no alcanza, el dinero no es suficiente y este pueblo muere de hambre, el arroz por ejemplo no lo puedo comprar, y quizás tu me preguntas con qué lo sustituyo y eso es lo peor, no hay como sustituirlo, pues pasa lo mismo con los demás alimentos que aumentaron una barbaridad».
Entre tanto, Cristina Marrero, quien es una anciana con casi 88 años, expresó que en su vida nunca había experimentado un fenómeno tan inexplicable como este de los precios en escalada diaria.
«La verdad que el arroz es digamos fundamental para la comida del venezolano, pues uno complementa cualquier cosa con este alimento, dígase granos, vegetales, lo que pueda conseguir en este momento, pero en ese precio usted me dirá, cómo lo compra uno, si la pensión son sólo cuarenta mil bolívares».
No obstante, Agustina Rodríguez y Carmen Reverón expresaron su pesar ante una situación que a juicio de las ciudadanas parece no tener salida.
«Si el problemas es el dólar, dolaricemos el país entonces, pero ya basta, pues a dónde vamos a parar con todo esto», nos dijo la señora Agustina.
Mientras que la señora Reverón finalmente dijo, «la crisis ha hecho de cada uno de nosotros unos egoístas a los cuales no nos importa la situación del otro y esta hiperinflación es más problema de nosotros que no nos ponemos de acuerdo y no nos tocamos el corazón, que cosa del bendito dólar«.
JOSÉ LUIS BLANCO | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA
