Este martes, faltando unos 15 minutos para las 5:00 de la tarde, un grupo de presuntos delincuentes dio muerte a tiros a una pareja de militares en la parte interna de una panadería ubicada en la Carretera Panamericana, a la altura del sector Bucaral, en Las Tejerías del municipio Santos Michelena, Aragua.
Las víctimas de ese hecho de sangre respondían a los nombres de Jackson Greyber Romero Macías, de 38 años de edad, y Ranmary Mayerlin Ramírez Ramírez, de 32 años de edad, quienes eran esposos y actualmente residían en Catia, en la ciudad de Caracas.
Ambos procrearon un niño, de tres años de edad, informó a los medios de comunicación Jonathan Peña, hermano de Romero Macías, quien se acercó en horas de la mañana de ayer a los predios de la Morgue de Caña de Azúcar, sector 9 del municipio Mario Briceño Iragorry.
Explicó a los reporteros que su pariente era capitán activo de la Fuerza Aérea Nacional y prestaba sus servicios en la Comandancia General de la Aviación en La Carlota, en Caracas. Allí ocupaba el cargo de jefe del Departamento de Compras de la Aviación.
Mientras que su cuñada ostentaba el rango de Primer Teniente del Ejército Nacional Bolivariano, y estaba destacada en Fuerte Tiuna. Los esposos, además de mantener una relación amorosa desde hacia seis años y responsable de sus actos, eran personas emprendedoras. Andaban juntos para todas partes.
UN REGALO
Como querían progresar en la vida como cualquier ciudadano, ambos militares trabajaron arduamente y producto de su actividad laboral, haciendo sacrificio en medio de la actual coyuntura económica y política, reunieron un dinero.
Jackson Romero quiso complacer a su esposa comprándole un vehículo para que se trasladara sin mayores complicaciones en la región capitalina, a su trabajo en Fuerte Tiuna, y a través de la Internet, comenzó a buscar ofertas de algún automóvil.
Luego de navegar por ciertos portales publicitarios, el aviador ubicó a un supuesto vendedor en Las Tejerías del municipio Santos Michelena.
Lo contactó telefónicamente y, después de una negociación, el vendedor le habría manifestado que la transacción se realizaría, pero en moneda extranjera. A través de las diligencias pertinentes, se logró conseguir el dinero.
EN UNA ESTACIÓN DE SERVICIOS
Romero Macías, luego de cerrar el negocio con ese sujeto desconocido, le manifestó a su compañera sentimental que lo acompañara a Aragua, específicamente en Las Tejerías, en donde compraría el carro.
Y en la tarde del martes, el castrense se trasladó desde la ciudad capital en un automóvil Toyota, modelo Corolla, de color rojo, placas AA310OJ, llegando minutos más tarde a Las Tejerías, y llegó a una panadería que está ubicada frente a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Como no visualizó las características físicas de la persona con quien realizaría la negociación, lo llamó a su teléfono, manifestándole lo siguiente: “Hermano, ya estamos en la panadería frente a la Subdelegación del Cicpc y no te vemos por ningún lado”.
Acto seguido el individuo le respondió: “No patrón… no es ahí…es en la segunda estación, bajando un poco hacia el pueblo, donde está situada una panadería. Usted pregunte y cualquiera te dice donde queda ese sitio”.
– ¡Ok, nos vemos en unos minutos!
AHÍ ES EL BETA
Luego le indicó, “patrón, ahí realizaremos el beta”. Transcurridos unos minutos, el funcionario castrense se acercó a ese sitio, ubicado en Bucaral y a la entrada del sector Los Jabillos, específicamente donde funciona una cauchera. Seguidamente estacionó el carro, e inmediatamente los esposos ingresaron a la panadería a comprar algo para tomar, mientras esperaban por el supuesto vendedor.
Transcurridos unos minutos, se acercó un comando de presuntos delincuentes armados con pistolas y fusiles, disparando en repetidas ocasiones contra las dos personas. En medio de la plomazón, el sargento recibió dos disparos a nivel del pectoral y su compañera, un tiro en la espalda.
Los cuerpos ensangrentados quedaron juntos en el área de atención al público de la panadería Pan Sobao, y los vidrios del local resultaron averiados a punto de plomo. Los antisociales efectuaron múltiples disparos.
Se comentó que luego del atentado, los delincuentes le arrebataron el dinero en dólares. Se trataba de cierta cantidad de dinero, y además, se llevaron una pistola del ciudadano militar.
Posteriormente los homicidas se internaron hacia el cerro, dejando una estela de dolor y terror. En ese lugar montañoso, se informó de manera extraoficial que allí incursiona una peligrosa organización criminal que mantiene en jaque a los usuarios de la Autopista Regional del Centro e igualmente vinculada en decenas de homicidios, cobro de vacunas a los comerciantes, extorsión, secuestro, robo y hurto de vehículos, entre otros hechos ilícitos.
CICPC TOMÓ EL CONTROL
Después se acercaron comisiones militares y funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, pertenecientes a la Base de Homicidios de San Pablo en Turmero, iniciando las averiguaciones de rigor y colectando las evidencias de interés criminalístico. Los sabuesos, se informó a los reporteros, colectaron un celular del aviador.
Aunque no hubo información a la prensa, los investigadores ya manejan algunos apodos de los autores materiales del doble homicidio.
Se presume que los rostros de los homicidas quedaron registrados en las cámaras de videos, y eso facilitará la investigación policial.
El caso se maneja bajo un hermetismo. Y habrá que esperar un pronunciamiento de las autoridades sobre ese acto criminal, se dijo a los reporteros. Los familiares emplazaron al Cicpc a dar una respuesta contundente. Los militares ahora son blancos del ataque de la delincuencia.
HAY QUE TENER MALICIA
Por otro lado, vale advertir a la ciudadanía en general que ahora las bandas delictivas se modernizaron con el avance de la tecnología. En los portales publicitarios como facebook cuelgan avisos promocionando venta de vehículos e incluso facilitan una serie de información de cómo ubicar a los supuestos vendedores.
Y los interesados en adquirir cualquier bien material, sin tener el mínimo de malicia, tan mansamente caen en la trampa. No hay que creer en nadie y preferiblemente a la hora de cerrar las transacciones, es preferible hacerlo en una institución policial. No le facilitemos el camino a los delincuentes.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
