Reunión entre Kim Jong-un y Vladímir Putin terminó sin acuerdos

Kim Jong-un, partió hoy de Rusia luego de su cumbre con el jefe de Kremlin, Vladímir Putin, a quien arrancó el apoyo a la exigencia de Pionyang de contraprestaciones a cambio de la desnuclearización, pero sin llegar a recibir promesas concretas.

Kim-Jong- Vladimir Putin
Kim-Jong- Vladimir Putin

Si Kim se esperaba alguna mención de Putin a un eventual alivio de las sanciones internacionales, habrá vuelto decepcionado a su país, porque el mandatario ruso al menos en público, ni siquiera pronunció la palabra ni tampoco que la desnuclearización debe ser gradual, una postura que siempre ha defendido el presidente de Rusia.

En lo económico sí trató con el líder de la empobrecida Corea del Norte la construcción de gasoductos y oleoductos, y el posible tendido de una red de suministro de electricidad, pero se trata de proyectos que requieren el visto bueno de Corea del Sur.

En lo que estaba en completa sintonía con Kim es en la necesidad de ofrecer garantías de seguridad a Pionyang a cambio del desarme, algo que, para el jefe del Kremlin, es de lo más simple y coincide plenamente con la postura del gran valedor de Corea del Norte: China.

Ellos sólo necesitan garantías de seguridad. Eso es todo”, dijo Putin, quien no pudo evitar criticar, aunque veladamente a EEUU tras el fracaso de la cumbre de febrero pasado en Hanói entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, al insinuar que el diálogo entre ambos no es constructivo actualmente.

Dijo que Kim está “decidido a defender sus intereses nacionales y garantizar su seguridad”, pero que, si los estadounidenses “demuestran el deseo de un diálogo constructivo”, habrá negociaciones con Pionyang, porque “sin éstas no iremos a ninguna parte”.

También se opuso a que se imponga “la ley del más fuerte” a la hora de resolver los problemas del mundo.

EFE