Durante el sueño se producen diversas etapas. Cada una de ellas tiene una función y al juntarse todas, consiguen su misión, que es reparar el cuerpo, noche tras noche.
Al dormir la hormona del crecimiento aumenta, lo que permite que se puedan realizar diferentes procesos que son necesarios para la vida, como es la absorción de los aminoácidos, los cuales son esenciales para que nuestro organismo funcione correctamente. También hace que se produzca la síntesis de proteínas y se produzcan más glóbulos rojos.
Al dormir segregamos melatonina, una hormona relacionada con el ciclo del sueño y la luz, imprescindible para la vida humana y para la segregación de serotonina, la cual aumenta con la luz del sol, es decir, por la mañana después de dormir. Ambas son esenciales para tener una buena salud psíquica y bienestar emocional.
Nuestro sistema endocrino, es decir, aquel que regula la producción de nuestras hormonas, se rige también por los ciclos de sueño y vigilia, al igual que por oscuridad y luz. Este es determinante para millones de procesos corporales, como la regulación del apetito mediante la leptina y el deseo de alimentos grasos y azucarados mediante la grelina. También, por ejemplo, es el que controla la tensión arterial, la insulina, el estrés y hasta el ciclo menstrual.
Y luego está la destacada importancia que tiene el sueño de calidad para nuestro cerebro. Mientras se duerme, el cerebro realiza un proceso fundamental para la salud, aumenta los oligodendrocitos, que son las células encargadas de la producción de mielina, una sustancia que es vital para el buen funcionamiento de las neuronas y para la formación de redes neuronales que hacen que la capacidad de este aumente. También desecha los recuerdos que no son necesarios y almacena aquellos que son importantes.
Además, otro sistema que se refuerza durante el sueño es el inmunológico, que es el encargado de hacer frente a los microorganismos responsables de infecciones y enfermedades. Cuanto mejor es la calidad del sueño de la persona, más resistente es a las agresiones microbianas.
Y por supuesto no podemos obviar que necesitamos dormir por lo relajados y descansados que nos levantamos después.
