Henry Blanco: «Nunca he sido un mánager que crea que se las sabe todas»

Henry Blanco no reprime su risa cuando escucha la manida frase «los peloteros ganan y los mánagers pierden».

«Le saco el 200% a cada jugador», aseguró el estratega de la organización crepuscular

El estratega de Cardenales de Lara trata de involucrarse con sus peloteros. El slogan «somos uno», no sólo es un ornamento en el uniforme de práctica. Después de cada entrada, sin importar lo que ocurra Blanco recibe a sus peloteros en la puerta del dugout. Pierden y ganan juntos.

«Bueno, todos somos diferentes. A mí, en lo personal, me ha resultado la forma como soy con mis jugadores, la confianza que les doy. Siempre con respeto, porque todos conocen mis dos lados, cuándo estoy bien y cuándo no. Pero me ha resultado darles confianza, porque le saco el 200% a cada jugador, cada quien tiene su forma de ser, su forma de dirigir, algunos (pilotos) se apartan de los jugadores. Yo trato de compartir lo más que se pueda con ellos».

El 14 de noviembre, marcó el punto más bajo de la temporada 2024-2025 para el Cardenales, con un récord de 7-13, que lo tenía fuera de la clasificación. Pero a partir de esa fecha y tras regresar del Choque de Gigantes en el loanDepot park, el equipo se transformó y fue imparable. Su balance fue de 39-19 hasta la Gran Final de la LVBP.

«Antes del regreso de Miami, los muchachos no habían jugado tanta pelota, apenas 20 partidos, estábamos buscando un punto medio, qué nos convenía y qué no. De la noche a la mañana todo hizo un click. Luisangel (Acuña) al que nunca habíamos visto, salvo con los Mets de Nueva York, se adaptó rápido. Hizo buena dupla alrededor de segunda con Ildemaro (Vargas) y jugó de manera extraordinaria, por nombrar a uno. Era cuestión de tiempo. Los muchachos necesitaban compartir más, compenetrarse más».

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Mientras ocurría ese proceso, Blanco optó por no intervenir en demasía, salvo en situaciones puntuales.

«Yo los dejé tranquilos, porque cuando haces reuniones, das una señal de pánico y nunca he sido un tipo de esos, ni siquiera cuando jugaba (y era capitán de Leones del Caracas). Ahora tienes que ser un poco sicólogo, pues estás rodeado de muchos caracteres diferentes.

Entonces hay que saber cuándo intervenir. Lo primero que les dije al llegar aquí (cuando fue contratado por Lara la campaña anterior) fue que el clubhouse era de ellos: ‘Ustedes resuelvan lo que tengan que resolver’. Porque yo lo hice como pelotero.

Siempre me mantuve al margen en sus reuniones y el staff nunca participó. No creíamos que era conveniente. El equipo estaba en una situación mala y no queríamos meter más presión», cuenta Blanco.

Esa filosofía o la manera de manejar los hilos del grupo, rindió frutos. «Los muchachos salieron adelante, se unieron todavía más, y los resultados están ahí».

Vargas, un líder carismático, que habla con el ejemplo, nunca desmaya y jamás pierde el ánimo, es el principal punto de apoyo de Blanco en el clubhouse.

«Tener a Ildemaro, capitán del equipo, ayuda bastante. Cuando uno como mánager quiere que se comunique algo, en lugar de decirlo yo, él siempre está dispuesto, disponible. Siempre pregunta: ‘¿qué quieres que haga?'», precisa Blanco.

Pero no todo transcurre en piloto automático. Blanco interviene, al igual que sus coaches.

«Se habla con el pelotero para darle apoyo, no para reclamarle. Lo que pasó con Eduardo García (tres errores en el juego contra Indios de Mayagüez), es el mejor ejemplo que puedo dar. Tratas de darle confianza al muchacho, para que olvide lo que ha pasado…

Pero también, ves cómo Alí Sánchez pide tiempo y va al montículo para darle un abrazo. Eso vale más que lo que le pueda decir yo…

Cuando ves salir al pitching coach (Ricky Bones) y no habla con el pitcher, sino con el campocorto. ‘Tranquilo que no ha pasado nada, prepárate para el próximo roletazo’… Una palmadita en el hombro, es mucho más importante que cualquier discurso. La verdad, no sé si eso se hace en otro lado, pero es lo que hacemos en Cardenales».

«NO ME LAS SÉ TODAS»

Henry Blanco reitera que no quiere dogmatizar, mostrarse como el dueño de la verdad en lo que hace.

«Nunca he sido un mánager que crea que se las sabe todas. Y el que diga eso, está mintiendo», suelta.

Claro, ejerciendo el rol de cátcher tuvo una formación práctica, que el resto de los jugadores de posición jamás alcanza.

«Como exreceptor, siempre se tiene una visión diferente del juego. Nuestra mente no se detiene, porque estás todo el tiempo analizando las situaciones. Incluso, después que se terminan los partidos, uno sigue pensando… Ahora, siempre busco la manera de ayudar a mis jugadores, de buscar soluciones. Como receptor lo he hecho con Alí Sánchez, Francisco Arcia, Carlos Narváez y Yojhan Quevedo».

Durante las últimas dos zafras, Lara ha encabezado el departamento de efectividad en la LVBP.

Blanco es fiel a su manera de dirigir, nunca se traiciona. Sin embargo, viendo lo que ha hecho desde un retrovisor ¿cambiaría algo de lo que hizo hasta ahora?

«No. Nada. No le puedo pedir más a los muchachos».

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