Venezuela hace equilibrios entre la suspensión y la condena de la OEA

El Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, se enfrenta durante la próxima Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) a la posibilidad de ser suspendido del organismo y condenado por la mayoría de los países del continente mediante una resolución.

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Venezuela, que salió sin “un rasguño” de la última Asamblea, se enfrenta esta vez a un escenario más complicado.

Fuentes diplomáticas indicaron que representantes del Grupo de Lima, que agrupa a 14 países de América, están manteniendo reuniones para consensuar el “tono” de una resolución que presentarán en la Asamblea General, el foro político más importante de la OEA que se celebrará en Washington el 4 y el 5 de junio.

La aprobación de una resolución sobre Venezuela serviría para establecer el criterio de legalidad y legitimidad del continente americano con respecto al Gobierno de Maduro, y, dependiendo de su alcance, podría llevar a cambios en las relaciones diplomáticas, imposición de sanciones y restricción de visados.

El texto, que aún está siendo negociado, busca rechazar las elecciones celebradas el 20 de mayo, en las que Nicolás Maduro fue reelegido como presidente y la oposición llamó a la abstención, que llegó casi al 54 %, el índice más alto en presidenciales venezolanas de las últimas dos décadas.

En concreto, según borradores de la resolución, el Grupo de Lima pretende cuestionar la “legitimidad” de esas elecciones por “no cumplir con los estándares internacionales”, unas expresiones ya incluidas en el comunicado que el grupo emitió el 21 de mayo tras los comicios en Venezuela.

Además, según los borradores, la resolución pedirá al Gobierno de Maduro que permita la entrada de ayuda humanitaria y que restaure “la plena autoridad” de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

Para que la resolución sea aprobada son necesarios al menos 18 votos, una cifra factible puesto que ya cuenta con el respaldo de los 14 países del Grupo de Lima y Estados Unidos, a los que podrían unirse otras naciones como Bahamas, Uruguay y Barbados, según fuentes diplomáticas.

Suspensión de EEUU

EE.UU. está impulsando la suspensión de Venezuela y confía en poder contrarrestar la influencia de Caracas sobre las naciones caribeñas, a las que ha vendido petróleo barato durante años.

Durante un discurso ante la OEA en mayo, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, pidió la suspensión de Venezuela y, según dijo un funcionario de la Casa Blanca, Pence planea repetir ese mismo reclamo el lunes durante una recepción con representantes de los Estados miembro.

Pese al peso político que tiene el llamado de Pence, por el momento Estados Unidos no ha logrado los 24 votos que necesita para suspender a Venezuela, por lo que lo más probable es que la condena a Maduro se limite a la resolución del Grupo de Lima, según dijeron a fuentes diplomáticas.

De esa forma, la Asamblea volverá a estar centrada en Venezuela, como ocurrió en la anterior cita, celebrada en Cancún (México) y donde fracasó el intento de aprobar una resolución sobre la crisis venezolana.

No obstante, esta vez, la OEA podría verse obligada a dedicar espacio a la crisis en Nicaragua, la más sangrienta desde los años 80 con un centenar de muertos y más de un millar de heridos.

Fuentes diplomáticas indicaron a Efe que algunos países, entre ellos EE.UU., están impulsando una resolución para condenar la represión del Gobierno de Nicolás Ortega contra la población civil y tienen intención de llevar esa iniciativa a la Asamblea, aunque no consigan el respaldo para su aprobación.

Fuente: globovisión