El lanzamiento de GPT-5, el nuevo y ambicioso modelo de ChatGPT, no fue el triunfo esperado por OpenAI.

Mientras el director ejecutivo, Sam Altman, lo comparaba con un experto con doctorado, los usuarios en las redes sociales ya se burlaban de sus fallas e inexpresividad, demostrando que la promesa de la inteligencia artificial aún tiene sus tropiezos.
El nuevo chatbot, diseñado para ser más confiable y preciso, cometió errores básicos conocidos como «alucinaciones».
Respuestas con nombres de estados mal escritos y la negación de que la palabra «strawberry» contuviera una «erre» se volvieron virales, evidenciando que la realidad estaba muy lejos de la perfección anunciada.
Además de sus fallos, GPT-5 fue criticado por su «personalidad diluida».
Según EFE, en Reddit se compartió una respuesta del chatbot a la noticia de que su hijo había dado sus primeros pasos, una reacción seca y corta que contrastaba con la efusividad del modelo anterior, GPT-4o.
Un usuario llegó a describirlo como «absolutamente diabólico» y otro, con humor, bromeó que era «más empresarial».
El descontento fue tal que OpenAI tuvo que ceder. Ante una avalancha de quejas y una petición en Change.org firmada por más de 4.300 personas, Sam Altman anunció que los usuarios de suscripción podrían volver a usar el popular GPT-4o.
El fiasco, reconocido por Altman como «un poco más complicado de lo esperado», ha encendido las alarmas en una compañía valorada en 500.000 millones de dólares, demostrando que en el mundo de la inteligencia artificial, la voz y la conexión humana siguen siendo irreemplazables.
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elsiglo con información de El Nacional
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