Conocida en Francia como «la Sequestrée de Poitiers», Blanche Monnier fue una joven de la aristocracia nacida en 1849. Durante un cuarto de siglo, padeció un calvario inimaginable a manos de su propia madre, tras enamorarse de un hombre no aprobado por ella.
Blanche vivió en confinamiento durante 25 años en una habitación tan pequeña que apenas superaba las dimensiones de un cubículo. Sin acceso a luz natural, calefacción o aire acondicionado, su dieta se limitaba a sobras de comida y su única compañía eran las ratas. Este era su cruel destino bajo el control de su madre.
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El 23 de mayo de 1901, una carta anónima llegó al Fiscal General de París, denunciando la situación de Blanche Monnier. En ella se describía la terrible realidad de la joven, encerrada en condiciones deplorables, medio muerta de hambre y viviendo entre su propia suciedad. La carta decía:
«Señor fiscal general: tengo el honor de informarle de una situación excepcionalmente grave: hablo de una solterona encerrada en la casa de madame monnier, medio muerta de hambre y viviendo en una litera pútrida durante los últimos veinticinco años en su propia inmundicia».
Madame Monnier, una viuda de clase alta, vivía con su hijo Marcel, un abogado, en una lujosa propiedad. La familia tenía una reputación intachable, y nadie sospechaba lo que ocurría en su hogar. Sin embargo, la policía decidió investigar, encontrando una puerta cerrada con candado en la casa. Al abrirla, se toparon con un hedor nauseabundo y Blanche, emaciada y desnutrida, en una cama de paja podrida.
Blanche, una vez hermosa, ahora tenía 49 años y apenas pesaba 30 kg. Reveló a las autoridades que su madre la había encerrado por negarse a romper su relación con un hombre no deseado por Madame Monnier. A pesar de la muerte del hombre en 1885, Blanche permaneció encerrada, olvidada por su familia durante 15 años más.
Madame Monnier fue arrestada, pero murió poco después debido a un ataque al corazón provocado por la indignación de la multitud. Su hijo Marcel no enfrentó cargos. Blanche fue puesta bajo cuidado psiquiátrico y falleció en 1913.
El autor de la carta anónima sigue siendo un misterio, aunque se sospecha que pudo haber sido Marcel o incluso un amante de una sirvienta, ambos con motivos para revelar el encierro de Blanche. Sea quien sea, su denuncia salvó la vida de Blanche Monnier.
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