La Academia del Cine Europeo (EFA, por sus siglas en inglés) irá en 2023 en busca del público adolescente, una franja de audiencia que parece haberse “desconectado” del sector y a la que ahora quiere recuperar esa institución.
“La industria cinematográfica europea ha perdido contacto con una generación de nuestra audiencia potencial”, admitió a EFE Matthijs Wouter Knol, director ejecutivo de la Academia, con unos 4.400 miembros repartidos por toda Europa.
El próximo año debe ser el de la recuperación de un público que, reconoce este productor holandés, pasa mucho tiempo ocupado en plataformas audiovisuales.
“2023 será el año en que lanzaremos el European Film Club, mediante el cual invitaremos a adolescentes de todo el continente a ver cine europeo”, prosigue el director ejecutivo de la EFA, que tiene su sede en Berlín.
La Academia, fundada en 1989 bajo el impulso de cineastas como el alemán Wim Wenders y el sueco Ingmar Bergman, entregó hace unas semanas los premios anuales correspondientes a su edición número 35 en Reikiavik.
El galardón al mejor filme del año fue para la sátira anticapitalista “Triangle of sadness”, del sueco Ruben Östlund, mientras que el de mejor comedia fue para “El buen patrón”, del español Fernando León de Aranoa.
La gala tuvo lugar en la capital islandesa, de acuerdo con la norma de descentralización de la EFA, que entrega sus galardones con periodicidad bianual en Berlín, mientras que en los años alternos se traslada a distintas ciudades europeas, sean o no capitales de los países integrados en la institución.
