Condenaron a 100 latigazos tras denunciar abuso sexual

Una ciudadana mexicana identificada como Paola Schietekat, de 25 años, fue condenada a 100 latigazos y siete años de prisión luego de haber sido víctima de abuso sexual durante su trabajo en el Comité Organizador del Mundial de Fútbol que comenzará el próximo 21 de noviembre en Qatar.


El hecho ocurrió en junio de 2021 cuando se encontraba en Qatar trabajando como economista conductual en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, entidad responsable de organizar el Mundial de Fútbol 2022.

«Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizara los eventos o borrara por completo parte de ellos. Y denuncié. Denuncié porque no iba a permitir que se repitiera la historia, porque ya no era la niña de 16 años, y porque en un acto de amor propio, me negué a dejar que alguien lastimara así mi cuerpo de nuevo, sin consecuencias», agregó Paola.

La mujer indicó que acudió a la policía con un certificado médico y en compañía del cónsul de México en Qatar. «Horas después, me hablaron por teléfono para acudir urgentemente a la estación de policía. Extrañada, pregunté si era necesario que una mujer que acababa de ser agredida fuera sola a la estación de policía a esa hora. Su respuesta fue que, si no iba, mi denuncia sería descartada. Tomé un taxi. Al llegar a la estación, los policías pusieron delante de mí a mi agresor», detalló.

Al llegar, Paola fue sometida a un interrogatorio de tres horas. Durante el procedimiento las autoridades qataríes le solicitaron una prueba de virginidad.

«Cuando preguntaba por qué exigían que les diera mi celular, me aseguraban que no había cargos en mi contra, que sólo querían verificar que no hubiera una relación romántica entre nosotros, pues el agresor se defendió de la denuncia diciendo que yo era su novia», señaló.

En Qatar, tener una relación extramarital se paga con siete años de cárcel, y en algunos casos la sentencia también incluye 100 latigazos. «»La policía refirió el caso a la fiscalía pública, único lugar donde tuve un traductor. Todo se centró alrededor de la relación extramarital, mientras que, bajo mi abaya, la túnica que me recomendaron usar para parecer una «mujer de buena moral», seguían las marcas moradas, casi negras. Mi abogada casi no habló. Al final, tuve que entregar mi teléfono, desbloqueado, a las autoridades, si no quería ir presa», dijo.

Tras el juicio Paola detalló que el Supreme Committee la ayudó a salir del país. Una vez fuera, envió las pruebas del delito a la Human Rights Watch para su publicación en caso de un posible arresto en su contra.

«Nunca había respirado con más alivio que cuando me sellaron el pasaporte (…) El caso fue referido a la corte criminal, y cuando por fin recibí el expediente, que, por supuesto omitía todas las faltas cometidas por las autoridades qataríes, se me helaron las manos, mientras temblaban, al ver que mi agresor fue absuelto del cargo de agresión porque, a pesar del informe médico, no había cámaras que apuntaran directamente la puerta del departamento, así que no había forma de constatar que la agresión sucedió».

No obstante, indicó que los cargos por tener una supuesta relación fuera del matrimonio siguen vigentes, lo que le impide regresar a Qatar para continuar con su trabajo. «La solución que me dio mi abogada y el representante legal de mi agresor era relativamente simple: cásate con él. Para cerrar el caso que el Estado de Qatar abrió en mi contra sólo debía casarme con mi agresor», manifestó.

Caracas