«El Monstruo de Tovar» podría ser evaluado psiquiátricamente

Se informó que José Gabriel Pérez Pérez, de 34 años de edad, mencionado en el expediente como el presunto autor material de la muerte de sus padres en la Colonia Tovar, podría ser sometido a una evaluación psiquiátrica, con la intención de constatar su salud mental.

José Gabriel Pérez Pérez podría recibir una pena máxima

Su presunta responsabilidad en los actos ocurridos en octubre del 2016, cuando atacó a puñaladas a sus padres José Luis Pérez Orasma (55) y Blanca Margarita Pérez de Pérez, de 51 años de edad, generó diversos comentarios y causó consternación de como sucedieron los hechos.

Muchos dicen que el individuo pudo haber estado dopado de una sustancia desconocida o tendrá problemas mentales. Sin embargo, los especialistas de la medicina psiquiátrica dirán la última palabra sobre ese conmovedor suceso.

Aunque está privado de libertad, el juez de la causa necesitaría conocer el estado de salud mental del presunto indiciado, se dijo extraoficialmente.

Se trataría de un requisito sine qua non y de otros elementos de convicción para una condena definitiva. Mientras se desarrolla la investigación, el fiscal contará con 45 días para la audiencia preliminar, donde agregaría nuevos elementos en la investigación.

Policialmente el caso fue resuelto gracias a la mística y profesionalismo de los funcionarios de la Delegación Municipal de la Colonia Tovar, quienes contaron con seis años para resolver un asunto que se tornó complicado.

Públicamente el comisario general Douglas Rico, director nacional del Cicpc, felicitó a su equipo de trabajo por la investigación realizada. Se unieron muchos cabos y se llegó a la verdad de los hechos.

Como es del conocimiento público, Pérez Pérez luego del macabro acto, enterró a sus padres y posteriormente vendió todos los bienes inmuebles. Echó un cuento que sus seres queridos se habían marchado del país.

No obstante, los familiares de las víctimas no se conformaron con el cuento que la pareja se había ido del país, consignaron una denuncia como personas desaparecidas.

En las distintas declaraciones, el hijo cayó en contradicciones y no le quedó otra alternativa que confesar su presunta responsabilidad. Guió a los investigadores hasta donde sepultó a sus víctimas. El caso se resolvió policialmente.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo