Familiares del teniente muerto al sur de Aragua exigen justicia

De acuerdo a la versión de la familia del militar, el día jueves 5 de marzo en horas de la madrugada fue asesinado en circunstancias inciertas, el primer teniente del Ejército, Richard Arturo Grillet García, según reporte dado por sus compañeros de labores.

Richard Arturo Grillet, quien por más de año y medio se desempeñó como oficial jefe del Parque de Armas, era plaza de la Aviación del Ejército, destacado en la Compañía Oficial Comando G/J León de Febres Cordero, ubicada en la Base Aérea La Carlota, Caracas, Distrito Capital.

Por órdenes de sus superiores, el miércoles 4 de marzo, en horas de la tarde, Grillet se trasladó en compañía de otros oficiales a ejecutar una misión en San Casimiro, estado Aragua, donde le fue arrebatada su vida sin explicación alguna.

Además de ser licenciado en Ciencias y Artes Militares, Richard Arturo Grillet García, en compañía de su madre Daría García, estaba estudiando una maestría en Planificación Estratégica en la Universidad Simón Rodríguez, mediante convenio con la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho. Entre sus próximas metas tenía iniciar estudios de Derecho en la Universidad Católica Santa Rosa en Caracas, su lugar de residencia.

El primer teniente de la Aviación, Richard Arturo Grillet García vivía con sus padres y hermana en casa de sus abuelos en Los Telares de Palo Grande, calle Libertad, parroquia Caricuao del Municipio Libertador, donde la humildad y la integridad de sus actos siempre fueron ejemplo a seguir.

Sus familiares y amigos exigen a las autoridades que esclarezcan los hechos que rondaron su asesinato y que se aplique la justicia a los responsables de tan vil fechoría.

Aclararon que el militar no era ningún delincuente ni mucho menos frecuentaba esa zona, sino que viajó a esa región a cumplir una misión cuando lo interceptaron un grupo de funcionarios e inexplicablemente le dispararon sin razón. Luego aparentaron un presunto enfrentamiento cuando nunca existió ese acto.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo