El Madrid se exhibió ante el Valencia con una goleada de 3-1 por las semifinales de la Supercopa de España. Victoria marcada por el buen fútbol que desplegó en Yeda, Arabia Saudita; protagonizado por los cinco centrocampistas que juntó Zidane en el once, tres de ellos goleadores. Las bajas de Bale, Benzema y Hazard ni mucho menos se notaron en un equipo cuyo estado de forma es temible. Enfrente, el Valencia nunca tuvo opciones, con la baja de Rodrigo, sin vuelo ni pegada, a pesar del último gol de Parejo. El Madrid sigue confirmando no solo la seriedad de su sistema defensivo, sino también el dominio de su centro del campo.
Luka Modric volvió a marcar, prolongando su racha anotadora, quinto tanto de la temporada y el 100º de su carrera. El croata, que firmó otro partidazo, se sacó un remate con el exterior para meter el tercero de la noche. Zidane sabe que cada vez tiene más difícil mandar a Luka al banquillo, como ya sucedió contra Atlético, PSG y Barça.
Jaume Domenech, el hombre talismán del Valencia, falló con estrépito cuando Kroos buscó la portería desde el córner y la clavó de gol olímpico. El portero estaba fuera de sitio y abrió la brecha, preludio del mal Valencia que se presentó en Yeda echando de menos a Rodrigo, sin el filo ofensivo que mostró en Mestalla hace apenas unas semanas contra el Madrid. Los de Celades no fueron rival y no pudieron competirle a un rival muy superior.
Está por ver el balance final de la primera Supercopa a cuatro de la Federación, un formato de lo más atractivo para los amantes del fútbol, pero cuya sede lo aleja del aficionado español. El torneo ha viajado hasta Arabia, un país donde las mujeres son discriminadas por el mero hecho de serlo, por mucho que pudieran sentarse donde quisieran en un estadio de fútbol, lo que no deja de ser un derecho, nunca un privilegio, en cualquier democracia del mundo.
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