Calles y veredas de Paraparal siguen anegadas

Las calles y veredas de los sectores I y II de Paraparal se mantenían ayer con las aguas estancadas, dejando secuelas de mal olor y molestia entre los vecinos de esta comunidad linarense.


Las aguas estancadas están en la calle desde el sábado en la noche

La fuerte lluvia que azotó la zona metropolitana de Maracay el día sábado por la noche dejó en la comunidad de Paraparal un río de aguas servidas, que recorre las calles de la comunidad.

Carlos Osorio, vecino, dijo que «esta problemática tiene bastante tiempo en la comunidad, desde el año 2009 hemos padecido de lo mismo, cuando llegan las lluvias ocasionan estas inundaciones, todos los habitantes estamos así inundados por todas partes».

Por su parte, Luz Marina Cárdenas, indicó: «Tenemos 7 días con el agua estancada y aquí nadie ha hecho nada para bajar el agua, hay mucha gente que sale a trabajar, pero el agua casi les llega a las rodillas».

Luis Cardenas

Igualmente, Luis Cárdenas resaltó que «el sector salud es otra de las afectaciones aquí, ninguna autoridad se acerca a nosotros, toda esta agua estancada es negra, tiene excremento y anda por toda la calle, hay niños con afecciones en la piel».

Los habitantes piden que las autoridades del municipio y del estado se acerquen a la comunidad para solventar la situación que ya tiene 10 años, y que se acrecienta en cada periodo de lluvias, temen que se desate una epidemia, así como también la presencia de efectivos policiales más que todo en horas de la noche y temprano en la mañana.

Otros de los problemas que afecta a la comunidad es el suministro de agua potable, por lo que denunciaron que no les llega con regularidad y tienen que caletear el vital líquido desde Río Blanco.

BAJÓ EL AGUA EN LA ESMERALDA

El sector La Haciendita de La Esmeralda, al sur de Maracay, fue una de las comunidades más golpeadas por la acción de las lluvias del fin de semana, pero ayer comenzó a mejorar la situación ya que bajó el nivel del agua.

Los efectivos de Protección Civil, Bomberos, así como una cuadrilla de médicos de la Misión Barrio Adentro, estaban atendiendo la contingencia con un operativo de atención vecinal.

Sobre los momentos de angustia vividos Gladis Pérez explicó: «Esto ya no tiene vuelta atrás, todos los años es igual. Las cloacas están colapsadas, pero sin embargo hemos tenido la ayuda necesaria para tratar de drenar y bajar el nivel por parte de las autoridades«.

Por su parte, José Estrada relató: «Amanecimos inundados una vez más, estamos tratando de coordinar con la Alcaldía y otras autoridades lo que es el problema con el agua potable; Protección Civil puso una bomba de achique y con eso hemos bajado considerablemente el nivel del agua«.

Asimismo, Marbella Rondón enfatizó que «gracias a las labores de los vecinos, la Alcaldía, los Bomberos y entes del Estado, las aguas ya bajaron, en estos momentos los médicos de Barrio Adentro están llevando medicinas, vacunas, para minimizar en lo posible los riesgos«.

Por otro lado, Rosmary Moreno rememoró la mala experiencia que vivió la noche de la inundación; «esto empezó desde la madrugada del domingo, mi hijo cuando se paró de la cama lo primero que tocó fue un charco de agua, la casa empezó a llenarse y nosotros tratando de sacar el agua que llega a la mitad de la pared, gracias a Dios y a Protección Civil, con ayuda de las bombas, el caudal bajó».

De esta misma manera afirmó, «aquí nadie toma las medidas que deben tomar, han hecho miles de censos y nada que solucionan, nada más vienen es cuando se inunda, del resto ni el aseo pasa por aquí».

Mireya Leal, vocera de Vivienda y Hábitat, señaló que «en esta oportunidad hay una situación de anegación, gracias a Dios el río no se desbordó, esta inundación fue producto del palo de agua fuerte que cayó el fin de semana».

Destacó Leal que «los efectivos bomberiles, Protección Civil y demás autoridades están tratando como zona de riesgo con medicinas, alimentos, vacunas, para ir solventando la situación».

Cabe destacar según lo relatado por la vocera, hay personas que han sido desalojadas de las casas en alto riesgo, pero algunas no se han ido o han vendido sus propiedades a otras familias que las adquieren con el objetivo de ser reubicados; «esto hace más difícil la situación porque las zonas que más se navegan están habitadas y allí no hay permiso ni de construcción ni de venta».

JOSÉ CARPIO G. | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA