Vecinos piden auxilio ante anegaciones y colapso del drenaje

Los habitantes de la urbanización La Mora II, ubicada en la ciudad de La Victoria, alzaron su voz ante las graves consecuencias que les han dejado las recientes lluvias en la zona. Los sectores más afectados corresponden a la parte baja del urbanismo, donde las viviendas han sido invadidas por el agua, generando daños materiales, preocupaciones sanitarias y un constante estado de alerta entre los vecinos.

Las paredes de las casas evidencian la magnitud de las inundaciones.
Irving Guevara.

Irving Guevara, residente de uno de los conjuntos residenciales más afectados, explicó que esta dificultad no es nueva, pero sí se ha agravado significativamente en los últimos meses. “Este inconveniente lo estamos padeciendo desde hace más de 30 años, pero ahora la situación se ha vuelto insostenible. El agua entra con mayor fuerza y volumen a las casas, afectando nuestra calidad de vida», denunció.

También te puede interesar: Quince hospitales recibirán medicamentos

El doble origen del problema

Guevara señaló que las anegaciones tienen un doble origen: Por un lado, la deficiente red de drenaje en la avenida principal, que hace que el agua no tenga salida y entre a las residencias y por el otro el desbordamiento de la canal que pasa por la parte trasera de las residencias.

Los tubos de concreto por donde debería pasar el agua se encuentran fracturados.

“En la avenida principal no hay una red de drenaje adecuada. Cuando llueve, el agua, que es muchísima, no tiene salida, se estanca y termina metiéndose en las viviendas, creando lagunas en plena vía. Por otro lado, la canal trasera que pasa por donde viven más de 30 familias, se desborda y el agua entra por detrás a las casas”, detalló.

El colapso de la canal se agrava porque por allí desembocan las aguas provenientes de La Mora I, que además de traer grandes volúmenes de agua pluvial, arrastran desechos, escombros y basura. Estos residuos terminan creando un cuello de botella que impide el flujo natural del agua, provocando desbordamientos aún más peligrosos.

“Se forma una especie de embudo con la basura acumulada. El agua no logra pasar y todo colapsa. La última lluvia fue tan grave que comenzó a salir agua por las bocas de visita dentro de las casas”, añadió Guevara.

Acciones comunitarias insuficientes

Laura Gil.

Ante la ausencia de respuestas institucionales, los vecinos han tomado medidas por cuenta propia. Según Guevara, la comunidad ha organizado jornadas de limpieza, ha abierto caminos de desahogo y hasta ha coordinado con empresas cercanas para buscar soluciones temporales.

“Hemos hecho limpiezas, construido canales improvisados y hasta conversado con industriales vecinos, quienes nos han prestado su apoyo. Pero nuestras soluciones son parciales, porque no contamos con los recursos ni la maquinaria pesada que se requiere, y esto es algo que debe resolver el Estado”, subrayó.

Laura Gil, otra de las vecinas afectadas, expresó su frustración ante la falta de atención por parte de las autoridades competentes. “Esta situación lleva muchísimo tiempo y ha empeorado. Aquí no hay una casa que no se le meta el agua cuando llueve fuerte”, afirmó.
Gil señaló que a pesar de los múltiples llamados, peticiones y cartas dirigidas a las instancias gubernamentales, la respuesta ha sido nula o limitada a visitas superficiales.

“Hacen análisis, toman fotos y se van. Pero no ejecutan nada. Nosotros hemos tenido que levantar muros y escalones dentro de las casas para tratar de evitar que el agua entre, pero no ha servido de mucho”, dijo la afectada.

Yanet Gámez.

Daños materiales y afectaciones emocionales

Yanet Gámez, una adulta mayor de 74 años, y residente del sector desde hace más de tres décadas, calificó la situación como una tragedia prolongada. Vive muy cerca de la canal y ha sido una de las personas más impactadas por las inundaciones.

“Esto ya parece una historia de terror. He perdido electrodomésticos, comida, muebles. Soy mayor y cuando llueve el agua se mete por todos lados. Me da miedo, porque no tengo como moverme rápido. Es muy duro tener que limpiar todo después, porque el agua trae basura, lodo, escombros”, narró la señora Gámez.

Asimismo, Gámez aseguró que a pesar de tener ayuda de una persona cercana, sufre cada vez que cae una lluvia fuerte, no sólo por los daños, sino por el riesgo que representa para su salud y bienestar.

Un llamado urgente a las autoridades

El paso de agua necesita limpieza profunda.

Los vecinos de La Mora II hacen un llamado urgente a las autoridades municipales, regionales y nacionales. Aseguran que la situación no sólo pone en riesgo su patrimonio, sino su seguridad e integridad física.

“Nos sentimos desamparados. No es justo que tengamos que vivir con miedo cada vez que el cielo se nubla. Aquí hay niños, adultos mayores, personas con discapacidad. Necesitamos una solución real, estructural, no pañitos de agua tibia”, exclamó Laura Gil.

Los tres conjuntos residenciales más afectados del urbanismo muestran visibles huellas del paso del agua; paredes manchadas, estructuras
dañadas, drenajes colapsados y hasta tuberías fracturadas. La comunidad ha documentado estos daños con la esperanza de ser escuchados.
Por ahora continúan en alerta permanente cada vez que el pronóstico anuncia lluvias.

Mientras tanto, sus recursos se ven mermados por las pérdidas continuas y la necesidad de hacer reparaciones provisionales para mitigar el impacto del agua.

Pese a que hay un área embaulada, hay otra donde no existe atención.

Exigen atención estructural y obras de drenaje

Entre las soluciones que los vecinos consideran urgentes están:

  • La construcción de una red de drenaje adecuada en la avenida principal.
  • El saneamiento profundo del canal trasero, incluyendo su desazolve y reestructuración para soportar mayores volúmenes de agua.
  • Instalación de un sistema de control de flujo que impidan el retorno del agua a las viviendas.
  • Apoyo institucional con maquinaria pesada y personal técnico especializado.

“Esto no se resuelve con una visita técnica. Aquí hace falta inversión, voluntad y acción real. No queremos más promesas, necesitamos respuestas”, concluyó Irving Guevara.

Mientras tanto, cada nube gris es sinónimo de miedo para los vecinos que viven en alerta permanente ante la amenaza de una nueva inundación.

Deficiencias en infraestructura pluvial afecta otras zonas

Las constantes lluvias además han dejado en evidencia la precaria infraestructura de drenaje en la urbanización La Mora II, donde las aguas pluviales inundan las calles y además ingresan a las viviendas, causando daños materiales y preocupación entre los vecinos.

Y es que la situación no se limita a un solo punto. Otras zonas de la urbanización, como la calle A y parte de la calle F, también resultan afectadas debido a la falta de un sistema de drenaje adecuado.

Las lluvias convierten estas vías en canales de agua desbordada que dificultan el tránsito y representan un riesgo para las viviendas ubicadas en los puntos más bajos del sector. Además, en el límite entre los municipios Ribas y Revenga, un paso natural de agua desde hace algún tiempo comenzó socavar estructuras y derrumbar paredes en algunas viviendas de la calle F. Aunque los daños más graves se registran del lado de La Mora II, también se reportan afectaciones menores en residencias del conjunto urbanístico adyacente,
en el lado de Revenga, lo que pone en evidencia la urgencia de una intervención integral en la zona.

DANIEL MELLADO | elsiglo

MG