Habitantes del casco central de La Victoria del municipio Ribas, alzaron su voz en una denuncia unánime; las constantes inundaciones que sufren con cada lluvia, las cuales han convertido sus calles en ríos intransitables y sus avenidas en peligrosas lagunas, afectando gravemente su vida cotidiana, la actividad económica y la seguridad pública.

Ante la inacción prolongada, la comunidad exige a las autoridades municipales y regionales competentes la construcción inmediata de un sistema de drenaje pluvial eficiente y completo; además del fortalecimiento de los ya existentes.
Y es que con cada precipitación, por moderada que sea, el centro de Ribas colapsa; las principales vías, como la avenida Francisco de Loreto, Victoria, las calles Campo Elías y Andrés Bello, sin contar los sectores aledaños a la conocida «esquina de Soco».
El agua estancada, a menudo alcanzando alturas considerables, imposibilita el libre tránsito de peatones y vuelve impracticable la circulación vehicular. Estudiantes no pueden llegar a clases, trabajadores ven interrumpidos sus desplazamientos, ambulancias y vehículos de emergencia encuentran barreras infranqueables, y el comercio local sufre pérdidas cuantiosas al quedar inaccesible.
«Es un desastre que se repite cada vez que llueve», denunció María González, residente del sector La Mora, quien trabaja en el centro de La Victoria.
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«Las calles se convierten en ríos y luego en lagunas. No podemos salir a trabajar con tranquilidad o regresar a nuestros hogares sin mojarnos y el riesgo de accidentes o enfermedades es constante. Es inhumano vivir así en pleno centro de nuestro municipio en el siglo XXI».

En este sentido, según los denunciantes el origen del problema, es claro y contundente, la casi inexistente infraestructura de drenaje superficial y pluvial en el centro histórico y sus zonas adyacentes.
Los pocos sumideros o canales existentes son insuficientes, antiguos, están obstruidos por sedimento y basura, o simplemente no tienen la capacidad para manejar el caudal de agua. Esta deficiencia provoca que el agua de lluvia no tenga por donde salir, empozándose masivamente en las calles y creando las extensas «lagunas urbanas» que paralizan la ciudad.
«Son contados y están colapsados», señaló Carlos Mendoza, propietario de un negocio en uno de los centros comerciales cercanos a «Soco». «El agua no tiene salida y cuando sale después de un tiempo, llega la humedad dañando todo a su paso, entre eso la capa asfáltica. Es una situación insalubre y denigrante que las autoridades parecen ignorar. Hemos presentado quejas durante años, pero sólo recibimos promesas y parches temporales que no resuelven el fondo».
La falta de drenaje adecuado no sólo es una molestia, sino una grave amenaza para la salud pública y la integridad física. El agua estancada es un foco de proliferación de enfermedades. Además, el deterioro acelerado del pavimento por la constante saturación de agua genera baches y desniveles peligrosos, aumentando el riesgo de accidentes de tránsito y caídas para los peatones, especialmente niños y ancianos. La accesibilidad para personas con movilidad reducida se vuelve nula.

Ante esta situación recurrente y sus severas consecuencias, los habitantes del centro de Ribas hacen un llamado urgente y formal a las autoridades competentes, a que ataquen los problemas y así puedan potenciar su calidad de vida.
«Ya no queremos más excusas ni diagnósticos. Queremos soluciones reales y permanentes», concluyó la señora González, reflejando el sentimiento general. «Exigimos a nuestras autoridades que escuchen nuestro clamor y actúen con la urgencia que este problema requiere. El centro de Ribas no puede seguir convirtiéndose en una laguna cada vez que llueve».
Los vecinos anunciaron que seguirán haciendo los llamados de atención necesarios, hasta ver compromisos firmes y avances tangibles en la solución de este problema que afecta su derecho fundamental a la movilidad, la salud y una vida digna.
DANIEL MELLADO | elsiglo
JV